Ganadería: Entre Ríos refuerza la lucha contra la garrapata

En Villaguay, Entre Ríos, un joven productor de ganadería destacó que la prevención y el trabajo colectivo son claves para mantener a la hacienda libre de este parásito que afecta la sanidad animal y la economía rural.
En el corazón productivo de Entre Ríos, la garrapata bovina sigue siendo una amenaza latente para la ganadería. Este parásito, capaz de transmitir enfermedades graves y provocar importantes pérdidas económicas, exige un control constante y coordinado. En Palmas Altas, un establecimiento de ciclo completo ubicado en la localidad de Villaguay, la sanidad animal ocupa el centro de la agenda productiva.
Francisco Mathé, joven productor a cargo del establecimiento, resume su estrategia en dos conceptos: prevención y trabajo en equipo. “Actualmente no tenemos garrapatas, pero estamos especialmente atentos porque es de público conocimiento que están dando vueltas por todos lados”, señaló en declaraciones difundidas por la Fundación de Lucha Contra la Fiebre Aftosa (Fucofa).
El productor no habla desde la teoría. “Tuvimos garrapatas en dos ocasiones y las pudimos limpiar porque cumplimos el protocolo a rajatabla”, recordó, convencido de que la disciplina sanitaria es la única herramienta para erradicar la plaga.
Un enemigo persistente de la ganadería
La garrapata bovina no solo debilita a los animales, sino que también transmite enfermedades como la babesiosis y la anaplasmosis, que pueden derivar en altas tasas de mortandad. Para Mathé, la amenaza es clara: “El porcentaje de mortandad que pueden generar las enfermedades transmitidas por la garrapata es tremendo; cuando vi el daño que hace este parásito, me dije que a mí eso no me puede pasar”.

El productor destaca que, en zonas de monte cerrado, el control debe ser absoluto. “El 100% del problema tiene que estar resuelto. Si queda un solo animal sin tratar, todo el trabajo se pierde. No soy veterinario, pero se sabe que es una locura la cantidad de huevos que ponen las garrapatas”, explicó.
Aunque no ha detectado el parásito en chanchos u ovejas, sí lo ha observado en ciervos silvestres. Sin embargo, aclara que no se trata de la misma especie que afecta al ganado bovino. “Tienen una cabeza y movimientos diferentes; mirás bien y te das cuenta”, comentó.
Protocolos y compromiso
La experiencia de Palmas Altas confirma que la lucha contra la garrapata no puede ser una tarea individual. La efectividad del control depende de la coordinación entre productores vecinos, veterinarios y organismos sanitarios. “Solo nunca vas a resolver nada, siempre se necesita un equipo que ayude y colabore. Un buen vecino puede ser un gran amigo, pero si trae problemas de garrapatas, cambia la cuestión porque me perjudica”, advirtió Mathé.

El protocolo sanitario incluye revisiones periódicas de la hacienda, tratamientos químicos en los momentos indicados y la limpieza de potreros y corrales. La denuncia temprana de focos también es un paso clave para evitar la propagación del parásito.
“En este establecimiento trabajamos con mucho estudio y el esfuerzo de un gran equipo que entiende la importancia del bienestar animal como concepto productivo”, resaltó el productor, quien considera que la sanidad es un factor central para lograr calidad en la producción.

Una tarea que no se detiene
En Entre Ríos, la Fucofa y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) promueven campañas permanentes para el control de la garrapata. Estas incluyen capacitaciones, operativos de fiscalización y seguimiento de casos denunciados.
Para Mathé, la clave está en no bajar la guardia: “Actualmente estamos libres de garrapatas, pero eso no significa relajarse. Es un trabajo de todos los días y de todos los actores de la cadena”.

En un contexto donde la producción ganadera enfrenta múltiples desafíos, desde la variabilidad climática hasta la presión de los mercados, mantener a raya a la garrapata es una condición indispensable para proteger la rentabilidad y la salud del rodeo.
Como resume el productor entrerriano, la consigna es clara: “Cumplir el protocolo a rajatabla. No hay otro camino”.