Ganadería: el INTA y el futuro de la producción ganadera con purines

La gestión sustentable de los residuos agropecuarios de la ganadería se ha convertido en una prioridad para el desarrollo de una agricultura más eficiente y amigable con el ambiente. En este contexto, un equipo de investigación del INTA Guatraché, en La Pampa, lleva adelante un estudio centrado en el uso de purines como alternativa para mejorar la salud del suelo y potenciar la producción forrajera en sistemas lecheros.
Un cambio clave para la ganadería sustentable
Los purines son residuos orgánicos generados principalmente por las excretas del ganado, restos de alimentos y agua utilizada en las instalaciones de ordeñe. A medida que la producción lechera se intensifica, también aumenta la generación de estos desechos, que en lugar de representar un problema ambiental, pueden convertirse en una valiosa fuente de nutrientes para los suelos.

El estudio se lleva a cabo en la Cuenca Lechera Sur de La Pampa, una región que concentra el 67 % de los tambos de la provincia y produce anualmente unos 114 millones de litros de leche. Allí, los investigadores evaluaron el impacto del uso de purines en maíz destinado a pastoreo y los resultados fueron contundentes: su aplicación puede llegar a triplicar la producción forrajera en comparación con fertilizantes sintéticos tradicionales como la urea.
“Además del incremento en la producción, observamos una mejora significativa en las propiedades del suelo”, explicó una de las integrantes del equipo, Cintia Schenkel. En particular, se registró un aumento en los niveles de materia orgánica y fósforo disponible, elementos clave para la fertilidad y estabilidad del suelo a largo plazo.
Una de las ventajas más destacadas del uso de purines frente a los fertilizantes químicos es su comportamiento en el tiempo. Según Schenkel, “los purines presentan una liberación más gradual del nitrógeno, lo que permite un aprovechamiento más eficiente por parte de los cultivos y reduce los riesgos de lixiviación”. Esta característica tiene un efecto directo en la disminución de la concentración de nitratos en el suelo y, por ende, en el menor riesgo de contaminación de las aguas subterráneas, una de las principales preocupaciones ambientales en zonas intensamente productivas.

El estudio también permite vislumbrar un nuevo enfoque en el manejo de los residuos ganaderos. Tradicionalmente vistos como un pasivo ambiental, los purines comienzan a posicionarse como un recurso estratégico dentro de los sistemas de producción. “Estamos ante una herramienta que no solo aporta nutrientes, sino que también contribuye al equilibrio ecológico y al cierre de ciclos dentro del establecimiento”, destacaron desde el equipo de investigación.
En este sentido, el aprovechamiento de los purines podría integrarse a políticas más amplias de economía circular en el agro, promoviendo la reutilización de residuos y reduciendo la dependencia de insumos externos. Para ello, los investigadores subrayan la necesidad de continuar generando información técnica, adaptar tecnologías de aplicación y promover capacitaciones para los productores.
Los resultados obtenidos en La Pampa abren la puerta a futuras investigaciones en otras regiones del país, con distintos tipos de suelos y condiciones climáticas. También plantean nuevos desafíos: desde la logística para el almacenamiento y aplicación de los purines, hasta la necesidad de normativas que regulen su uso y garanticen estándares ambientales.

En definitiva, este trabajo del INTA Guatraché propone una mirada innovadora sobre la gestión de los residuos lecheros y ofrece una alternativa concreta para avanzar hacia una producción más sustentable. Con una combinación de beneficios agronómicos, ambientales y económicos, los purines podrían transformarse en aliados clave para los sistemas agropecuarios del futuro.