Demanda firme y precios atractivos: la ganadería encuentra señales claras para invertir
La ganadería argentina atraviesa un momento de oportunidades concretas, impulsado por una demanda sólida tanto en el mercado interno como en el externo y por valores de la hacienda que resultan atractivos para quienes apuestan a sumar kilos y pensar el negocio con una mirada de mediano plazo. Así lo refleja el último Reporte de Actualidad Agro CREA, que, si bien advierte sobre limitaciones financieras, traza un panorama donde las condiciones de mercado acompañan y vuelven a poner a la actividad en el radar de las inversiones.
En un escenario de oferta ajustada, el sector se sostiene sobre precios firmes, consumo activo y señales positivas desde el comercio internacional, elementos que refuerzan la percepción de que la ganadería puede atravesar una etapa de recuperación si logra destrabar el acceso al financiamiento.
El mercado interno sigue siendo un pilar
Pese a los cambios en los hábitos de consumo, el mercado interno continúa siendo un sostén clave para la cadena cárnica. Para 2025, el consumo total de proteínas animales se ubicaría en torno a los 120 kilos per cápita anuales, con una participación creciente del pollo y el cerdo, pero con la carne vacuna manteniendo un rol central en la dieta argentina.
El informe de CREA destaca que, aunque la carne bovina perdió participación relativa frente a alternativas más accesibles, la demanda doméstica sigue firme, especialmente para determinados cortes y categorías. Este escenario contribuye a sostener los precios de la hacienda y brinda previsibilidad al productor, incluso en un contexto de menor consumo relativo.
Además, la estabilidad del mercado interno actúa como amortiguador frente a la volatilidad externa, permitiendo que la ganadería mantenga equilibrio aun cuando surgen incertidumbres en el comercio internacional.
El frente externo vuelve a traccionar
Donde aparecen las señales más alentadoras para la ganadería argentina es en el mercado externo. El Reporte CREA subraya la recuperación del Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral de la carne bovina (ITCRM-Carne), que logró repuntar tras haber tocado un piso en el primer trimestre del año. Si bien todavía se ubica por debajo del promedio histórico, la mejora permitió recomponer parcialmente la competitividad exportadora.
Esta recuperación es clave para los frigoríficos, que lograron compensar parte del encarecimiento del novillo pesado en dólares, hoy por encima de los valores de países competidores como Brasil y Uruguay. En este contexto, Estados Unidos e Israel se consolidan como destinos estratégicos.
La eliminación del arancel del 10% por parte de Estados Unidos sobre la carne importada devolvió competitividad al cupo argentino de 20.000 toneladas, que vuelve a tributar un arancel simbólico. Además, las negociaciones para ampliar ese cupo hasta 80.000 toneladas anuales abren una ventana de crecimiento relevante.
Israel, en tanto, se posicionó como el segundo mayor comprador de carne argentina en 2025, con el 10% del total exportado y un crecimiento interanual del 47% en facturación, impulsado por la fuerte demanda de carne kosher a precios elevados.
Precios que invitan a sumar kilos e invertir
En materia de precios, la ganadería llega al cierre del año con valores de la hacienda considerados atractivos. El novillito de 260 a 300 kilos para invernada ronda los 3,57 dólares por kilo, el novillo pesado de exportación se ubica cerca de 3,08 dólares, y el novillito liviano alcanza los 3,01 dólares por kilo.
Estos niveles refuerzan una estrategia que gana consenso entre los productores: agregar kilos antes de la venta para diluir costos en un contexto de recrías caras y relaciones de compra-venta ajustadas. De hecho, la mayoría de los empresarios ganaderos encuestados por CREA planea estirar los ciclos productivos, apoyados en la disponibilidad forrajera y en las señales positivas del mercado.
Un buen momento que pide financiamiento
El principal límite para la ganadería argentina que señala el informe no está en el mercado, sino en el acceso al crédito. El financiamiento disponible sigue muy por debajo de los niveles históricos, lo que dificulta acelerar decisiones clave como la retención de vientres o la recría larga.
Aun así, el clima comienza a mejorar. La última Encuesta SEA CREA muestra que, tras dos años de percepciones negativas, el balance entre empresas que ven un buen momento para invertir y las que no lo hacen pasó a terreno positivo, con un +6%. Es una señal incipiente, pero alineada con un contexto de demanda firme, precios sostenidos y oportunidades externas concretas.
En síntesis, la ganadería argentina enfrenta desafíos estructurales, pero el mercado —interno y externo— envía señales claras de respaldo. Si el financiamiento acompaña, el escenario actual aparece como una oportunidad para invertir, recomponer stock y consolidar un nuevo ciclo de crecimiento.
