Más kilos por animal: la estrategia de la ganadería argentina


La ganadería argentina atraviesa una etapa de ajuste profundo, marcada por decisiones productivas defensivas, eventos climáticos extremos y cambios en los mercados internacionales. En ese contexto, la industria cárnica comenzó a plantear una alternativa concreta y de rápida implementación para recuperar volumen sin esperar años: incrementar el peso de faena por animal. La propuesta gana consenso como una salida pragmática frente a la caída del stock y la menor oferta de carne.

Con una elevada faena de hembras, un rodeo reducido y una demanda que empieza a reactivarse, el debate en la ganadería argentina ya no gira solo en torno a cuántos animales hay, sino a cuánta carne puede producir cada uno. Desde el sector industrial aseguran que allí está la clave para equilibrar el mercado en el corto plazo.

Faena de hembras y reordenamiento del rodeo

Uno de los indicadores más sensibles del actual escenario de la ganadería es la alta participación de hembras en la faena, que se mantiene por encima del 47% desde hace más de dos años. Este nivel supera el umbral considerado sostenible y tiene un impacto directo sobre la capacidad futura de producción, ya que reduce la cantidad de vientres disponibles.

Según explicó Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carne de la República Argentina (CICCRA), esta conducta responde a una lógica económica clara. “Si la vaca está vacía, se manda a China y se la reemplaza por una vaquillona”, señaló. El mercado chino, con precios atractivos para la vaca de descarte, terminó de consolidar una estrategia enfocada en la eficiencia reproductiva más que en la retención de vientres improductivos.

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El impacto del clima y la caída del stock

A las decisiones productivas se sumaron factores climáticos determinantes. La sequía de 2023 y las inundaciones registradas durante 2024 y 2025 afectaron seriamente los sistemas ganaderos, provocando una reducción de pasturas, problemas sanitarios y ventas forzadas de hacienda.

Como consecuencia, el stock bovino sufrió una pérdida estimada de entre 5% y 7%, con menos terneros y una oferta más ajustada. Este impacto ya se refleja en los números de faena: en noviembre se sacrificaron poco más de un millón de cabezas, lo que representa una caída cercana al 9% interanual. Aun así, la participación de hembras volvió a ubicarse cerca del 48%, confirmando que el proceso de ajuste de la ganadería aún no terminó.

Menor oferta, pero señales de recuperación del consumo

Paradójicamente, la menor disponibilidad de carne convivió con una mejora gradual de la demanda interna. Con precios que se reacomodan y consumidores que comienzan a adaptarse a los nuevos valores, el consumo aparente mostró una suba cercana al 2,3% en lo que va del año.

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Foto: Cámara Argentina de Feedlot

De este modo, el consumo por habitante ronda actualmente los 48 kilos anuales, un nivel que, si bien sigue lejos de los máximos históricos, marca una recuperación para la ganadería respecto de los registros más bajos. Este escenario refuerza la necesidad de encontrar mecanismos que permitan aumentar la producción sin comprometer aún más el stock.

Más peso de faena, la salida más rápida

Mientras recomponer el stock bovino demandaría entre cuatro y cinco años para la ganadería argentina, desde CICCRA sostienen que incrementar el peso de faena es la alternativa más eficiente en el corto plazo. El planteo es claro: producir más carne con la misma cantidad de animales.

Elevar el peso promedio de faena desde los actuales 230 kilos res hasta valores cercanos a 280 kilos permitiría aumentar alrededor de un 20% la producción total. Esto equivaldría a unas 600 mil toneladas adicionales de carne en apenas dos o tres años, sin necesidad de expandir el rodeo.

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El desafío financiero y la mirada a futuro

Para que esta estrategia sea viable, la industria advierte que se necesita acompañamiento financiero concreto. Sistemas de engorde más largos requieren capital de trabajo, por lo que serían clave líneas de crédito a valor producto y tasas razonables, en un contexto de costos crecientes y márgenes ajustados para la ganadería.

La ganadería argentina se mueve hoy en un delicado equilibrio entre recomposición productiva y respuesta al mercado. Apostar a más kilos por animal aparece como la salida más rápida y realista. El desafío será generar las condiciones económicas necesarias para que esta propuesta deje de ser un diagnóstico y se transforme en una política productiva sostenida.