Fortín Quieto: genética adaptada y producción sustentable de Angus y Limangus

La empresa familiar Fortín Quieto, con campos entre Lincoln y Cañuelas, maneja 10.000 cabezas de Angus y Limangus sobre 15.000 hectáreas. Este agosto realizará su remate anual en Pasteur, con 120 toros y 300 vaquillonas. Un modelo de integración, rusticidad y calidad a pasto.
En el corazón ganadero de la provincia de Buenos Aires, entre los partidos de Lincoln y Cañuelas, Fortín Quieto ha consolidado un sistema de producción que integra genética de punta, manejo pastoril y eficiencia productiva. Con más de dos décadas de trayectoria y una impronta familiar, la empresa maneja un rodeo de alrededor de 10.000 cabezas, trabajando con las razas Angus y Limangus bajo un sistema extensivo y sustentable.
El establecimiento combina la cría de reproductores con la producción de carne a pasto en 15.000 hectáreas de suelos rústicos, donde las condiciones climáticas y edáficas exigen animales fuertes, adaptados y eficientes. Allí, tanto Angus como Limangus han demostrado una notable adaptación, con buena respuesta tanto al calor extremo como a inviernos con temperaturas de hasta 8 °C bajo cero.

Alto nivel de eficiencia
“Nuestros animales están preparados para producir donde otros tienen dificultades”, destaca Mariano Marian, veterinario y encargado técnico de la firma. Según explicó, la clave está en la alta capacidad ruminal de los rodeos, lo que les permite aprovechar pasturas naturales ricas en celulosa con una eficiencia notable. Como ejemplo, este año los terneros Limangus destetados promediaron 210 kilos, superando los registros de campañas anteriores, incluso en contextos de sequía.
A diferencia de sistemas intensivos, Fortín Quieto no recurre al feedlot ni a suplementaciones. “Sí hacemos una preparación con verdeos de invierno como avena con vicia, lo que permite mantener la condición corporal sin alterar el sistema productivo”, explicó Marian.
Un sistema que se prueba en casa
Una de las fortalezas del modelo de Fortín Quieto es su integración productiva. La genética producida en su cabaña es utilizada en su propia operación comercial. “El mejor cliente de Fortín Quieto Cabaña es Fortín Quieto Producción”, asegura Marian. Esto permite validar en campo la funcionalidad de cada toro, y garantiza que lo que se ofrece al mercado ha sido probado en condiciones reales.

El resultado son animales rústicos, fértiles, con facilidad de parto y excelente adaptación, seleccionados no solo por su genética, sino por su desempeño a campo.
El remate anual en Pasteur: genética, puertas abiertas y hospitalidad
Este agosto, Fortín Quieto celebrará su tradicional Remate Anual de La Leonor, un evento que este año unificará por primera vez las ventas de Angus y Limangus. La cita será en las instalaciones de la cabaña Estancia La Leonor, ubicada sobre la Ruta 68, frente a la entrada del pueblo de Pasteur, partido de Lincoln.
Se rematarán 120 toros, divididos en partes iguales entre Angus y Limangus, incluyendo 6 Limangus puros de pedigree, con mediciones de carcasa y excelente conformación. Además, se ofrecerán 300 vaquillonas, también repartidas entre ambas razas. Las vaquillonas Limangus PC, especialmente, se destacan por su preparación y terminación, listas para entore entre los 22 y 24 meses, con toros de bajo peso al nacer, minimizando riesgos de parto.

Desde la firma invitaron a todos los interesados a participar del evento, que incluirá un almuerzo y se desarrollará en un ambiente de puertas abiertas y hospitalidad, fiel al espíritu de la empresa.
“No nos guardamos nada, ponemos lo mejor en el asador”, resumió Marian, en alusión tanto a la calidad genética como al clima de camaradería que caracteriza al remate.
Con una visión de largo plazo, manejo sustentable y una genética validada en su propio sistema, Fortín Quieto demuestra que es posible hacer ganadería eficiente, rentable y adaptada a las condiciones reales del campo argentino. Su modelo, consolidado entre Lincoln y Cañuelas, no solo cría ganado: cría confianza, calidad y futuro.