Desde los feedlots cuestionan la nueva tasa ambiental: “Pretenden cobrar porque el ganado respira”
La presentación del proyecto bonaerense que propone crear una tasa ambiental por emisiones de metano volvió a encender el conflicto entre productores y autoridades provinciales. La iniciativa, identificada como expediente D-1688/25-26-0, generó un fuerte rechazo en la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), que difundió un comunicado con críticas contundentes. Para la entidad de los feedlots, la propuesta tributaria simplifica de manera extrema la dinámica productiva, al punto de sostener que busca cobrar “por el simple hecho de que el ganado respire”.
La CAF considera que el proyecto carece de una mirada integral sobre la producción ganadera y su vínculo con el ambiente, lo que alimenta la sospecha de un objetivo puramente recaudatorio disfrazado de política ambiental. La entidad que representa a los feedlots afirma que la medida no reconoce las particularidades del sistema bovino ni el rol que cumple en el entramado económico rural, alertando que una tasa mal diseñada podría deteriorar la competitividad del sector y golpear a miles de empleos vinculados a la actividad.
Críticas a la falta de sustento técnico y científico
Uno de los argumentos más repetidos desde el sector de feedlots es la supuesta ausencia de fundamentos técnicos en el proyecto, al que califican como una propuesta elaborada sin considerar conceptos básicos como los ciclos biológicos, la captura de carbono o los balances de emisiones. Para la CAF, esta falta de rigor evidencia un divorcio entre los impulsores de la iniciativa y el conocimiento científico disponible, algo que consideran “de suma gravedad” para la elaboración de políticas públicas.
Además, la entidad advierte que regular sin sustento científico puede conducir a distorsiones profundas, afectando tanto la competitividad como la capacidad del sector para adoptar prácticas más eficientes. Según la posición de los feedlots, una política ambiental mal formulada no solo no mejora el ambiente, sino que puede entorpecer procesos productivos que sí tienen potencial para aportar a la sostenibilidad, como la gestión de pasturas, la mejora genética o el trabajo sobre dietas de menor impacto.

Riesgos para el desarrollo productivo y el empleo
El impacto económico y social de la nueva tasa es otro de los puntos que inquieta al secto de feedlotsr. La actividad ganadera en Buenos Aires sostiene miles de empleos directos e indirectos, abastece a una importante red de industrias y forma parte del tejido cotidiano de muchas localidades rurales. Para la CAF, una mayor presión impositiva complica aún más a un sector que ya enfrenta altos costos, volatilidad climática y un escenario impositivo que consideran excesivo.
En su comunicado, la entidad que representa a los feedlots remarca que Buenos Aires es una de las provincias con mayor carga fiscal sobre la ganadería, por lo que la creación de un nuevo tributo podría profundizar las dificultades de los establecimientos para sostenerse y planificar. “No podemos dejar pasar desapercibido este intento de sumar más presión tributaria”, advirtieron, marcando que el proyecto aparece en un momento en el que la actividad recién comienza a recomponer niveles de producción tras meses de inestabilidad.

Un proyecto que, según el sector, no promueve mejoras ambientales
Desde la Cámara Argentina de Feedlots señalan que la iniciativa legislativa no incorpora herramientas que impulsen mejoras reales en la sostenibilidad ganadera, como incentivos a la adopción de nuevas tecnologías, programas de mitigación o líneas de trabajo conjunto con instituciones científicas. Por el contrario, sostienen que la medida castiga a quienes están en pleno proceso de recuperación e inversión, alejándose de las discusiones técnicas que hoy se dan a nivel global sobre emisiones y ganadería.
Para el sector, la posibilidad de aplicar una tasa asociada directamente al acto de respirar abre un debate profundo sobre la calidad de las políticas ambientales que se buscan implementar. No cuestionan la necesidad de avanzar en marcos regulatorios modernos, pero sí subrayan que deben construirse con rigor técnico, coherencia productiva y previsibilidad, elementos que consideran ausentes en el proyecto actual.
