Faena sin peso mínimo: primera repercusiones para los productores y frigoríficos

La decisión del Gobierno de eliminar el peso mínimo obligatorio para la faena de ganado bovino fue recibida con buenos ojos por parte de los frigoríficos. Desde la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa) destacaron que la medida oficializa una situación que ya era habitual en el terreno, y remarcaron que, aunque positiva, debería formar parte de un plan más amplio que incluya estímulos concretos para incrementar la producción de carne.
Según explicó Sebastián Bendayán, gerente de Cafrisa, la norma derogada era fuente de distorsiones que generaban incertidumbre entre productores y frigoríficos. “Es una norma que aporta previsibilidad. A partir de ahora, los productores enviarán animales a faena cuando sea rentable, sin necesidad de ajustarse a una restricción que muchas veces era incumplida”, señaló el directivo en diálogo con AgrofyNews.
Una situación ya instalada
Hasta ahora, para faenar animales que no cumplían con el peso mínimo obligatorio, los frigoríficos debían gestionar cauciones especiales, lo que implicaba una carga administrativa y riesgos operativos. “Cuando un animal entraba al frigorífico y no podía ser faenado por cuestiones de peso, no había forma de devolverlo al campo, lo cual además implicaba un problema sanitario. Era una situación ilógica que debía corregirse”, detalló Bendayán.
En ese sentido, la medida tomada por el Gobierno —que entrará en vigencia el 1 de enero de 2026— busca formalizar lo que ya venía sucediendo en muchos casos, y dejar atrás un esquema que, en los hechos, ya mostraba limitaciones para su cumplimiento efectivo.

Críticas por la postergación
Sin embargo, desde la cámara empresaria criticaron que la implementación no sea inmediata. “Si lo que se busca es sincerar lo que ya ocurre en el comercio, no tiene sentido postergar su aplicación. Hubiera sido más coherente activarla desde su publicación en el Boletín Oficial”, cuestionó el dirigente.
Según la visión de los frigoríficos santafesinos, este tipo de reformas regulatorias solo serán efectivas si se enmarcan en una estrategia integral. “Esto no puede verse como una medida aislada. Tiene que ir acompañada de incentivos para aumentar la producción de carne”, remarcó Bendayán.

Propuestas para una política integral
Entre los ejes que propone el sector para potenciar la eficiencia y la producción de carne vacuna se destacan:
- Fomento a la retención de vientres, para aumentar la base productiva.
- Beneficios fiscales para productores que logren mayor eficiencia en la recría y engorde.
- Revisión del esquema impositivo actual sobre la tenencia de hacienda, que en muchos casos desalienta la retención.
- Acceso a financiamiento para mejorar infraestructura y genética.
Estas propuestas, según Cafrisa, permitirían alcanzar una cadena más productiva, rentable y con mayor previsibilidad en el mediano y largo plazo.
Desafíos en la comunicación al consumidor
Uno de los aspectos señalados como clave por los frigoríficos es la necesidad de trabajar en la percepción del consumidor sobre los distintos tipos de carne. “Si el animal más pesado tiene un costo menor que el liviano, ese diferencial debe reflejarse en góndola. Eso ayudará a promover el consumo y revertir ciertos mitos sobre la calidad de la carne más madura”, afirmó Bendayán.

El directivo subrayó que el objetivo debe ser alcanzar un sistema en el que el productor decida el momento de faena de acuerdo con señales de mercado, sin restricciones artificiales. “En los últimos 20 años, cada vez que aumentó el peso de faena fue porque era rentable para el productor, no por una imposición. Esa es la verdadera clave: que el negocio cierre por sí solo”, concluyó.
Con esta medida, se abre una nueva etapa en la ganadería argentina, donde la eficiencia, la rentabilidad y la articulación público-privada aparecen como pilares para consolidar el desarrollo de toda la cadena cárnica.