Se desacelera la faena bovina: ¿ajuste coyuntural o cambio estructural en la ganadería argentina?

La faena bovina comenzó a mostrar señales de desaceleración al cierre del tercer trimestre, generando inquietud en el mercado. La caída de la faena plantea la pregunta sobre si se trata de un ajuste temporal ante la incertidumbre electoral o de un cambio estructural en la dinámica productiva del país.
De acuerdo con los datos oficiales, en septiembre se faenaron 1.169.120 cabezas, cifra prácticamente idéntica a la de agosto. Sin embargo, al ajustar por días hábiles, se observa una baja del 8,3 % respecto del mes anterior y 7,7 % en comparación con 2024, la caída interanual de faena bovina más pronunciada en más de un año. Esto sugiere un posible punto de inflexión en la faena, aunque los analistas del Rosgan advierten que aún sería apresurado confirmarlo.
Los feedlots muestran un “vaciado moderado”
La actividad en los feedlots, otro termómetro del negocio, también evidencia un freno. Según SENASA, al 1° de octubre había 1.915.612 vacunos en corrales, un 3 % menos que en septiembre, marcando el tercer mes consecutivo con saldo negativo.

Durante ese mes ingresaron 337.100 animales y egresaron 442.442, con un índice de reposición de 0,76, similar al de agosto. Los datos reflejan un impasse en el proceso de vaciado, ya que septiembre suele concentrar la salida de hacienda terminada antes del descenso natural hacia fin de año.
Sin embargo, este septiembre mostró un escalón a la baja respecto del promedio de 450 mil cabezas de los meses previos, dejando la incógnita sobre la dinámica del último trimestre.
Recría pastoril gana protagonismo
Un factor que podría estar influyendo en la desaceleración de la faena bovina es el incremento de la recría pastoril como etapa intermedia antes de ingresar a los feedlots. De los 8,75 millones de terneros y terneras producidos hasta septiembre, solo el 23 % ingresó directamente a corrales, frente al 24,5–25 % de los últimos dos años.
El resto se destinó a sistemas de recría a pasto, que permiten un mejor aprovechamiento de recursos forrajeros y adaptabilidad a condiciones climáticas y de precios. Paradójicamente, aunque los feedlots reciben menos animales, su aporte a la faena total sigue aumentando, llegando en los últimos dos meses a 38–40 %, reflejo de animales más pesados y mejor terminados gracias a la recría previa.

Hacia un nuevo equilibrio productivo
Si la recría pastoril se consolida como un canal estable de abastecimiento, podría extender la fase de plena actividad de los feedlots y generar una ganadería más eficiente. Menos presión de encierre inmediato y una oferta de carne más sostenida serían algunos de los beneficios de este nuevo esquema.
El informe del Rosgan indica que, a pesar de la ligera retracción en la faena bovina, la producción total de carne no se ha resentido. Incluso, los datos más recientes sugieren que se puede mantener o aumentar el volumen disponible con menos cabezas sacrificadas, lo que refleja mejores pesos de faena promedio y mayor eficiencia.

Coyuntura e incertidumbre electoral
En un contexto de volatilidad macroeconómica y precios inestables, la desaceleración también puede responder a decisiones precautorias de los productores frente a la cercanía de elecciones y la incertidumbre sobre políticas futuras. La combinación de retención de hacienda y ajustes en la faena bovina podría ser una estrategia temporal más que un cambio estructural definitivo.
Por ahora, el sector se mantiene en observación, y los próximos meses serán clave para determinar si la caída en septiembre representa solo una pausa táctica de la faena bovina o marca el inicio de una nueva etapa en la estructura productiva de la carne argentina.
Mientras tanto, analistas y productores coinciden en que la adaptación de la producción de faena bovina será clave para enfrentar tanto la volatilidad económica como las demandas crecientes del mercado interno y externo.