Exportaciones: el Mercosur y un nuevo acuerdo de libre comercio clave para el agro

En una noticia clave para las exportaciones del campo, tras más de diez años de negociaciones, el Mercosur alcanzó un importante hito en materia de integración económica: cerró un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los países de la EFTA, la Asociación Europea de Libre Comercio conformada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Así lo anunció la Cancillería argentina en el marco de la cumbre del bloque sudamericano que se celebra esta semana, y que marca un punto de inflexión en la agenda exportadora regional.
“El Tratado de Libre Comercio MERCOSUR – EFTA creará un área de libre comercio de casi 300 millones de personas, con un PIB combinado de más de 4,3 billones de dólares”, indicó el comunicado oficial. Según los negociadores, el acuerdo permitirá el acceso preferencial para más del 97% del comercio bilateral, lo que se traducirá en un incremento significativo en las exportaciones, mayor previsibilidad y certidumbre jurídica para empresas y consumidores.
Un tratado amplio, con foco en inversiones y desarrollo sostenible
A diferencia de otros acuerdos, este TLC no se limita al comercio de bienes. También abarca servicios, inversiones, propiedad intelectual, compras públicas, defensa comercial, medidas sanitarias y fitosanitarias, y un capítulo especial sobre comercio y desarrollo sostenible, con mecanismos de solución de controversias.
Se espera que la firma formal del acuerdo ocurra en los próximos meses de 2025, luego de tres rondas presenciales en Buenos Aires y numerosas reuniones virtuales que se reactivaron este año, tras un impasse desde 2019.

¿Qué exporta Argentina a la EFTA?
En términos comerciales, la EFTA representa un mercado pequeño en población (14 millones de habitantes), pero con altísimo poder adquisitivo. Su PIB per cápita triplica al argentino, y es un destino creciente para exportaciones argentinas, sobre todo vinculadas a la minería y los alimentos.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario, 2024 fue un año récord en exportaciones argentinas a este bloque, lideradas por Suiza, principal compradora del oro argentino. El país europeo recibió el 37% de las exportaciones mineras argentinas, gracias a la producción en provincias como Santa Cruz y San Juan. Además, Suiza absorbe el 14% de las exportaciones de plata argentinas.
Pero la oportunidad más prometedora está en los bienes agroindustriales. Aunque ya se exportan carnes, miel, frutas, vinos, aceites y productos del mar a estos países, el acuerdo busca eliminar aranceles y ampliar cupos, generando condiciones más competitivas frente a otros proveedores globales.

Por ejemplo, Argentina ya abastece a Suiza del 26% de sus importaciones de carne equina, 24% de jugos cítricos, 20% de pieles, 11% de aceite de maní, 8% de miel y 7% de carne vacuna. Además, vende el 39% del maní sin cáscara y el 30% de los moluscos que importa Noruega, país que también crece como destino para vinos, miel y frutas frescas. En Islandia, Argentina ya es el principal proveedor de pescados y calamares congelados.
Un mercado con potencial y superávit comercial
A pesar de su tamaño poblacional, el EFTA es un importante inversor extranjero en Argentina. Con más de 8.600 millones de dólares en inversiones directas al segundo semestre de 2024, representa el quinto inversor internacional en el país. Suiza concentra el 94% de ese total, con empresas en sectores como alimentos, maquinaria, relojería y farmacia.
Además, el balance comercial con el bloque es históricamente superavitario para Argentina, lo que refuerza el atractivo del acuerdo desde el punto de vista macroeconómico.

Condiciones clave para el agro
Si bien aún no se conocen los detalles finales del acceso preferencial para productos agrícolas, se espera que se retomen condiciones similares al acuerdo de 2019, que preveía cupos arancelarios para carnes, vinos, lácteos y miel, entre otros. Sin embargo, el EFTA —al igual que la Unión Europea— mantiene una alta protección a su agricultura, por lo que el resultado final dependerá de la letra chica del acuerdo.
La inclusión de capítulos sobre sanidad, origen y facilitación comercial serán clave para agilizar el despacho de exportaciones, reducir tiempos logísticos y facilitar la entrada de nuevos productos a un mercado que valora la calidad y la trazabilidad.

En definitiva, este nuevo TLC abre un panorama de oportunidades para Argentina, no solo en términos comerciales sino también de inversión, desarrollo tecnológico y vínculos estratégicos con Europa. Un paso más para diversificar la inserción internacional del país en un mundo cada vez más competitivo.