Exportaciones 2025: el campo sostuvo la balanza de pagos en el primer cuatrimestre

En un contexto económico desafiante, las exportaciones son fundamentales y el sector agropecuario volvió a demostrar su rol estratégico como generador de divisas para la Argentina. Según un informe difundido por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), durante el primer cuatrimestre de 2025 las exportaciones de cereales y oleaginosas crecieron un 30% respecto del mismo período del año pasado, aportando más de 7.800 millones de dólares al país. Este repunte fue fundamental para amortiguar la caída de la balanza de pagos y evitar un deterioro aún mayor de la cuenta corriente.
La mejora en los envíos del agro ocurrió en un marco de advertencias explícitas por parte del Gobierno nacional. En abril, el presidente Javier Milei instó públicamente a los productores a liquidar sus granos antes de julio, mes en que entrará en vigencia un aumento en las retenciones, tras una reducción temporal que rigió apenas cinco meses. “Avísenle a los del campo que si tienen que liquidar, liquiden ahora”, expresó entonces el mandatario, marcando el pulso de la política fiscal sobre el sector.
El mensaje fue escuchado: la liquidación de divisas del agro creció con fuerza y ayudó a contener el impacto negativo de otros factores que afectan la balanza externa. De hecho, mientras las exportaciones agrícolas se incrementaban, el resto de los sectores económicos mostraban un comportamiento deficitario. Solo entre bienes y servicios no agropecuarios se registró un egreso neto de 10.000 millones de dólares. Así, la cuenta corriente cerró el cuatrimestre con un saldo negativo de 4.800 millones de dólares, lo que marcó el undécimo mes consecutivo en rojo.

Exportaciones, el salvavidas del FMI y el aporte del campo
Pese a este escenario preocupante, la balanza de pagos logró mostrar signos positivos gracias a dos factores clave: el financiamiento externo y el aporte extraordinario del agro. Por un lado, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) permitió el ingreso de casi 12.000 millones de dólares, a los que se sumaron otros 4.000 millones de organismos internacionales. Esto permitió que la cuenta financiera —que mide el movimiento de capitales— vuelva a terreno positivo por primera vez en dos años.
“Sin considerar dicho ingreso de dólares, la cuenta habría arrojado un resultado prácticamente neutro”, advirtió la Bolsa rosarina. Este dato deja en claro que, sin la ayuda externa y el empuje del agro, la situación macroeconómica sería mucho más inestable.
El resultado combinado de ambos factores fue un aumento de las reservas internacionales por 9.288 millones de dólares. Según el análisis de la BCR, estos ingresos fueron claves no solo para fortalecer el balance externo, sino también para brindar cierta estabilidad cambiaria, especialmente desde abril, cuando se liberó el mercado de cambios y comenzó a regir un nuevo sistema de bandas.

Una advertencia sobre la sostenibilidad
A pesar del alivio temporal, el informe alerta sobre la fragilidad de este esquema. La dependencia del financiamiento externo implica riesgos considerables, especialmente en un contexto internacional volátil. “La cuenta financiera tiende a ser más sensible a factores externos que a elementos de la política doméstica”, advierte la Bolsa.
En ese sentido, desde el ámbito agroindustrial se plantea la necesidad de revisar el esquema tributario que recae sobre el sector. Las retenciones, lejos de incentivar la producción, castigan la competitividad y desalientan la inversión. Paradójicamente, mientras se le exige al campo que sostenga las reservas del Banco Central, también se le impone una carga fiscal creciente.
“Tal vez, teniendo en cuenta estas cifras, debería evaluarse un esquema tributario acorde para el sector productivo”, plantea el informe, en un llamado implícito al Gobierno para repensar el trato fiscal que se le da al principal generador de divisas del país.

El primer cuatrimestre de 2025 dejó una conclusión clara: sin el agro, los números macroeconómicos hubieran sido alarmantes. Con un escenario externo inestable y una cuenta corriente en retracción, el campo se convirtió una vez más en el sostén de la economía. No obstante, la sostenibilidad de este modelo dependerá de políticas que equilibren la necesidad fiscal del Estado con la salud financiera de su principal sector exportador.