Estados Unidos y Argentina sellaron un acuerdo comercial histórico: qué incluye y cómo impacta en el campo


En un anuncio que marca un giro significativo en la relación bilateral de Estados Unidos y Argentina, los gobiernos de Donald Trump y Javier Milei oficializaron un amplio acuerdo comercial y de inversiones que busca reducir aranceles, abrir mercados sensibles y establecer reglas comunes en materia tecnológica, regulatoria, laboral y ambiental. El convenio fue comunicado por la Casa Blanca y representa el entendimiento económico más ambicioso entre ambos países en más de dos décadas.

El documento firmado establece un marco de cooperación destinado a “impulsar el crecimiento a largo plazo y crear un entorno transparente y basado en normas para el comercio”, según expresó Washington. Para la Argentina, el acuerdo abre la posibilidad de expandir exportaciones estratégicas —entre ellas carne, acero, aluminio y recursos naturales— mientras que para Estados Unidos supone mayor acceso a sectores industriales, tecnológicos y agrícolas del mercado local.

Apertura de mercados y reducción de aranceles

Uno de los puntos centrales es la apertura recíproca de mercados. Argentina otorgará condiciones preferenciales a productos estadounidenses como medicamentos, químicos, maquinaria, vehículos, tecnologías de la información, dispositivos médicos y diversos bienes agropecuarios. A cambio, Estados Unidos eliminará aranceles sobre recursos naturales no disponibles localmente y sobre insumos químicos y farmacéuticos claves para la industria argentina.

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Foto: Infobae

El capítulo cárnico es uno de los más relevantes: la cuota para carne bovina argentina quedó fijada en 80.000 toneladas, un volumen histórico que amplía sustancialmente el acceso a un mercado de altísimo poder adquisitivo. En este punto, Milei había anticipado la cifra durante un foro empresario en Miami.

En paralelo, Estados Unidos concederá un cupo prácticamente libre de aranceles para acero y aluminio, bienes que hasta ahora enfrentaban una tasa del 50% bajo la sección 232. El esquema es similar al que rigió entre 2018 y 2019, con un tope cercano a las 180.000 toneladas.

Menos trabas y nuevas certificaciones

El acuerdo también aborda un viejo reclamo del sector privado: la eliminación de barreras no arancelarias. Argentina retiró licencias de importación y formalidades consulares para bienes provenientes de Estados Unidos, y se comprometió a avanzar en la eliminación del impuesto estadístico que aún pesa sobre esas operaciones.

En materia de certificaciones, el país adoptará estándares internacionales y reconocerá regulaciones estadounidenses sin exigir evaluaciones adicionales. Esto incluye vehículos fabricados bajo normas de seguridad norteamericanas, equipos médicos y medicamentos aprobados por la FDA. Para la industria tecnológica, esto significa una reducción de costos y tiempos de ingreso al mercado argentino.

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Propiedad intelectual, trabajo y medio ambiente

El capítulo de propiedad intelectual marca otro cambio estructural. Argentina asumió compromisos para reforzar la lucha contra la falsificación y la piratería, y a la vez modernizar su sistema de patentes. Según Washington, este avance se alinea con las recomendaciones previstas para el Informe 301 del USTR en 2025.

En el terreno laboral, el gobierno argentino ratificó principios reconocidos internacionalmente y aceptó aplicar la prohibición de importaciones producidas con trabajo forzoso, una política ya vigente en Estados Unidos.

En cuanto al medio ambiente, el acuerdo incluye compromisos contra la tala ilegal, la regulación de minerales críticos y el cumplimiento pleno de los estándares de la OMC sobre subsidios pesqueros.

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Impacto en el agro y los mercados estratégicos

El sector agropecuario también tendrá cambios directos. Argentina autorizó el ingreso de ganado en pie desde Estados Unidos y simplificará los registros para carne vacuna, menudencias, derivados y carne porcina. Además, en el plazo de un año deberá permitir el ingreso de aves de corral.

Otro punto clave es la renuncia argentina a exigir restricciones sobre denominaciones de quesos y carnes, lo que favorecerá el ingreso de productos lácteos estadounidenses.

Ganadería, invernada, cría

Un vínculo económico que vuelve a tomar impulso

Entre 2014 y 2023, Argentina acumuló un déficit comercial promedio de USD 3.666 millones anuales con Estados Unidos. Sin embargo, en 2024 registró por primera vez en casi 20 años un superávit de USD 228 millones, producto de la contracción de importaciones. Con este nuevo acuerdo, ambos gobiernos buscan reconfigurar la relación comercial con un horizonte de mayor inversión, reglas más claras y una integración profunda en sectores estratégicos como los minerales críticos y la cadena global de la soja.

El convenio, que será revisado de manera continua mediante mecanismos bilaterales, promete redefinir el intercambio entre ambos países y abrir una nueva etapa de cooperación económica.