Entre Ríos impulsa el crecimiento del lino y proyectan un aumento del 21%

Aunque se trata de un cultivo de escala menor en comparación con los grandes protagonistas de la agricultura argentina, el lino sigue consolidándose como una alternativa productiva interesante en Entre Ríos, donde muestra signos de recuperación y expansión. Según un reciente informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, para la campaña 2025/26 se espera una siembra de 8.000 hectáreas, lo que representaría un incremento interanual del 21% respecto a las 6.600 hectáreas cultivadas en el ciclo 2024/25.
La estimación surge del relevamiento realizado por la Red de Colaboradores del Sistema de Información de la Bolsa, que todos los años monitorea la evolución de los cultivos en la provincia. De acuerdo con este reporte, ya se concretó el 44% del área proyectada, es decir, unas 3.500 hectáreas, lo que marca un avance importante en las labores de implantación del lino en los campos entrerrianos.
Un cultivo con múltiples destinos
El lino (Linum usitatissimum) es una planta de gran versatilidad y valor económico, aunque muchas veces pasa desapercibida frente a la soja, el maíz o el trigo. Su producción permite obtener fibras textiles, semillas comestibles y aceite, además de funcionar como forraje en algunos sistemas mixtos.
Por el lado textil, el lino es especialmente apreciado por sus fibras largas y resistentes, que se utilizan para confeccionar prendas de vestir, ropa de cama, manteles, cortinas y otros artículos para el hogar. Se trata de un producto natural, biodegradable y fresco, cuya demanda está creciendo en mercados donde prima la sustentabilidad.

En el plano alimenticio, la semilla del lino —conocida como linaza— posee alto contenido de ácidos grasos Omega 3, proteínas y fibra, por lo que su consumo es promovido por nutricionistas y especialistas en salud. De ella también se extrae aceite de lino, usado tanto en la industria alimentaria como en la cosmética y en aplicaciones técnicas, como barnices o pinturas.
Además, su aprovechamiento forrajero lo vuelve una opción interesante en zonas ganaderas, especialmente en sistemas que buscan diversificar la oferta de alimentos para los rodeos.
Factores que explican el crecimiento en Entre Ríos
El aumento de superficie proyectado para esta campaña responde a distintos factores. Por un lado, el creciente interés por cultivos alternativos que se adapten a la rotación agrícola y a condiciones ambientales variables. Por otro, el relativo buen comportamiento agronómico del lino en suelos de Entre Ríos y su capacidad de ofrecer una renta adicional en zonas que no siempre son aptas para otros cultivos más exigentes.

Además, la presencia de nichos de mercado —tanto internos como externos— dispuestos a pagar un diferencial por productos naturales o especiales también funciona como incentivo para productores que buscan diversificarse.
Sin embargo, no todo es favorable. La Bolsa de Cereales advirtió que, si bien en la mayoría de las zonas relevadas se observan buenas emergencias, también hubo que resembrar algunas parcelas debido a los excesos hídricos registrados en el último mes. Las lluvias por encima de lo normal en ciertas áreas complicaron el arranque de algunos lotes, obligando a una reimplantación que podría atrasar la evolución del cultivo.

Una apuesta regional
Más allá de su baja participación en la matriz agrícola nacional, el lino tiene un lugar importante en el mapa productivo entrerriano. Se trata de un cultivo que combina diversificación, sustentabilidad y valor agregado, y cuya expansión puede ofrecer beneficios tanto económicos como ambientales. Su capacidad de integrarse en rotaciones, mejorar la estructura del suelo y abrir nuevas oportunidades de comercialización lo posicionan como un eslabón estratégico para sistemas mixtos o zonas con limitaciones productivas.
Con la siembra en marcha y buenas perspectivas de crecimiento, Entre Ríos redobla su apuesta por el lino, un cultivo con historia, futuro y más potencial del que suele reconocérsele.