El Gobierno eliminó las retenciones a 4411 productos industriales: ¿y el campo?

El Gobierno nacional oficializó este semana la eliminación de los derechos de exportación (retenciones) para más de 4400 productos industriales, en una medida que busca incentivar la competitividad de las empresas argentinas en los mercados internacionales. La decisión, que beneficiará directamente al 40% de las firmas exportadoras del país, fue anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de sus redes sociales.
Según precisó el funcionario, dejarán de pagar retenciones 4411 posiciones arancelarias correspondientes a manufacturas que hasta ahora tributaban entre un 3% y un 4,5% sobre el valor exportado. Entre los productos alcanzados se encuentran bienes de alto valor agregado como maquinaria agrícola, autopartes, cosméticos, preparados farmacéuticos, insecticidas, cables, plásticos, relojería, elementos ópticos y piezas de motores, entre otros.
La medida impactará directamente sobre unas 3580 empresas exportadoras, lo que representa cerca del 40% del total nacional. “El ordenamiento de las cuentas públicas nos permite continuar con la reducción de impuestos distorsivos”, afirmó Caputo. En esa línea, recordó que ya en enero el Gobierno había eliminado las retenciones para productos de la agroindustria regional, incluyendo rubros como el textil algodonero, alimentos, bebidas, papel y cartón.

Un reclamo histórico de la industria contra las retenciones
El anuncio fue recibido con entusiasmo por las principales entidades empresariales del país, que desde hace años venían reclamando este tipo de alivio fiscal. La Unión Industrial Argentina (UIA), que esta semana formalizó a Martín Rappallini como su nuevo presidente, destacó que la Argentina era uno de los pocos países en el mundo que aún aplicaba retenciones a bienes con valor agregado, lo cual afectaba directamente la competitividad.
“Estas retenciones venían afectando la competitividad de nuestras empresas y desincentivaban la exportación”, sostuvo la UIA en un comunicado. La entidad también alertó que el actual sistema de reintegros a la exportación no compensa adecuadamente los impuestos embebidos en el proceso productivo, por lo que esta eliminación representa un paso importante, aunque no suficiente.
En términos de comercio exterior, las manufacturas de origen industrial (MOI) crecieron en 2024 respecto al año anterior, pasando de US$20.744 millones a US$22.053 millones. Sin embargo, aún se mantienen lejos del récord alcanzado en 2011, cuando estas exportaciones totalizaron US$28.790 millones.

Apoyo del comercio, pero con pedidos de mayor profundidad
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) también celebró la iniciativa. Su presidente, Natalio Mario Grinman, expresó que la medida contribuye a “revertir dos males históricos de la economía argentina: un Estado sobredimensionado y una cerrazón al comercio exterior”.
En esa línea, Grinman subrayó que se trata de una señal positiva para las pymes exportadoras y para sectores con potencial de inserción en mercados externos, pero insistió —al igual que la UIA— en la necesidad de avanzar hacia una reforma tributaria integral.
“Para consolidar una verdadera recuperación exportadora no alcanza con eliminar algunos tributos. Es necesario bajar de forma amplia la presión fiscal, mejorar la logística y garantizar un marco macroeconómico previsible”, coincidieron desde diversas cámaras sectoriales.

Con esta nueva medida, el Gobierno busca enviar una señal de confianza al sector industrial y mostrar compromiso con la apertura comercial y el incentivo a la producción nacional. No obstante, economistas y analistas advierten que la eliminación de retenciones debe estar acompañada por una estrategia más amplia de estabilidad macroeconómica, mejora en la infraestructura exportadora y acuerdos internacionales que faciliten el acceso a mercados clave.
En ese marco, el anuncio se inscribe en una política más amplia del Gobierno para reducir la presión tributaria y promover un cambio en el modelo productivo del país. Resta ahora ver si estas señales positivas se traducen en un incremento real y sostenido de las exportaciones industriales argentinas, uno de los pilares necesarios para la recuperación económica de largo plazo.