Eliminarán retenciones a 1.000 productos para mejorar la competitividad exportadora

El Gobierno nacional ultima los detalles de un decreto que establecerá la eliminación de los derechos de exportación (retenciones) para alrededor de 1.000 productos industriales. La medida, largamente reclamada por la Unión Industrial Argentina (UIA), busca impulsar la competitividad del sector manufacturero en un contexto marcado por un tipo de cambio rezagado y mayor competencia de productos importados en el mercado local.
Según trascendió de fuentes oficiales, el decreto ya circula por los despachos del Ejecutivo y podría ser publicado en el Boletín Oficial en los próximos días. El anuncio llega en un momento clave para la industria, que enfrenta dificultades tanto en el frente externo —donde los altos costos en dólares y las trabas arancelarias complican las ventas— como en el interno, donde la demanda está deprimida y la apertura comercial ha incrementado la competencia.
Un alivio por las retenciones para el sector industrial
La decisión de eliminar las retenciones para estas 1.000 posiciones arancelarias dentro del universo de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) representa un alivio para muchas empresas. Actualmente, cerca de 5.400 posiciones arancelarias industriales tributan derechos de exportación. La mayoría de ellas lo hace a una alícuota del 3%, aunque algunos complejos más exportadores, como el automotriz, el aluminio y el petroquímico, tributan hasta el 4,5%.
No obstante, estos sectores más grandes quedarán excluidos de la medida contra las retenciones, debido al elevado costo fiscal que implicaría su inclusión. En un año en el que el Ejecutivo busca alcanzar un superávit primario de hasta el 1,6% del PBI, se priorizan decisiones que no comprometan ese objetivo. Por esta razón, el foco de la reducción será sobre sectores industriales más pequeños o medianos que hoy encuentran una fuerte traba impositiva para expandirse internacionalmente.

La UIA, que desde esta semana tiene como presidente al bonaerense Martín Rappallini, había solicitado formalmente al Gobierno un listado de 3.700 productos, de los cuales 800 fueron señalados como “críticos” por tener retenciones superiores a los reintegros, lo que generaba una carga fiscal efectiva y regresiva sobre la cadena productiva. Según fuentes industriales, en muchos casos el reintegro no alcanza a compensar los impuestos acumulados en la cadena de valor, lo que termina castigando la agregación de valor.
Competitividad en jaque
Desde la UIA insisten en que Argentina es uno de los pocos países del mundo que aplica retenciones sobre bienes industriales con valor agregado. “Nadie cobra por exportar”, remarcó una fuente consultada. “Estamos en un escenario global donde se compite sin aranceles diferenciales, y los impuestos locales nos dejan en clara desventaja”.
El contexto económico refuerza este diagnóstico: mientras muchos países endurecen sus políticas arancelarias, el sector industrial argentino sufre por un dólar oficial que perdió competitividad, altos costos en insumos, demoras en la devolución del IVA exportador y una política comercial que ha facilitado el ingreso de productos extranjeros.

De hecho, pese a que las exportaciones industriales crecieron en 2024 respecto al año anterior (pasaron de USD 20.744 millones a USD 22.053 millones), todavía están lejos del máximo alcanzado en 2011, cuando totalizaron USD 28.790 millones. Además, la base de empresas exportadoras se redujo en la última década, lo que limita aún más el potencial exportador del país.
El Gobierno, que busca relanzar la competitividad exportadora sin comprometer el equilibrio fiscal, planea aplicar un criterio selectivo para definir qué productos serán beneficiados con la eliminación de las retenciones. Si bien sectores como el petroquímico habían solicitado inclusión, es probable que queden afuera debido a su peso dentro de las cadenas industriales y su impacto en la recaudación.
“Es necesario que el esquema de incentivos no castigue la agregación de valor”, advirtieron desde la UIA. El objetivo, dijeron, debe ser reconstruir una base exportadora sólida, con empresas que puedan competir en los mercados globales sin cargas distorsivas que resten rentabilidad y previsibilidad.