El sorgo crece con fuerza en Argentina en 2025: tecnología, rendimiento y nuevos mercados

Durante la campaña agrícola 2024/2025, el sorgo en Argentina registró un crecimiento notable que lo reposiciona como una alternativa estratégica para los productores. Con más de un millón de hectáreas sembradas y una cosecha que alcanzó los 5 millones de toneladas —el volumen más alto desde 2019—, este cultivo se consolida como un negocio rentable y sustentable para el sector agropecuario.
El sorgo y un futuro prometedor en Argentina
Este avance responde a diversos factores, entre ellos el desarrollo de tecnologías adaptadas y el impacto del insecto vector conocido como chicharrita, que afectó seriamente al maíz. “El sorgo tuvo un crecimiento exponencial respecto de las últimas campañas porque el productor encontró tecnologías que le permiten explorar techos de rendimiento mucho más altos. Además, fue clave el efecto negativo de la chicharrita sobre el maíz”, explicó Bruno Simonetti, gerente de Ventas de Advanta Semillas, en el marco del Congreso Maizar 2025.

El sorgo es considerado el quinto cultivo en importancia a nivel global, después del maíz, trigo, arroz y avena. Su resistencia a condiciones adversas lo convierte en un cultivo ideal para regiones áridas y semiáridas. A nivel internacional, es producido por países como Estados Unidos, México, India, Etiopía y Sudán. Argentina se ubica entre los principales productores, y alterna su posición como segundo o tercer exportador mundial junto con Australia y Estados Unidos.
Según el INTA, el sorgo es clave para la seguridad alimentaria global, gracias a su adaptabilidad y al bajo requerimiento de insumos en comparación con otros cultivos. En este contexto, el desarrollo de nuevas tecnologías ha sido determinante. “La tecnología Aphix, que presenta alta tolerancia al pulgón amarillo, y la tecnología Igrowth, lanzada en 2017/2018, que permite el uso de herbicidas a base de imidazolinonas, le brindan al productor herramientas para el manejo en pre y post emergencia”, detalló Simonetti.
Uno de los puntos destacados de esta campaña fue el dinamismo del mercado. “Sin dudas, hacer sorgo es negocio. Durante la campaña 2024/2025 se operó tanto en el mercado disponible como en el de futuro. Esto marca un cambio de paradigma: antes se pensaba que el sorgo no tenía mercado, pero hoy ya hay posiciones para la campaña que viene”, afirmó el ejecutivo de Advanta.

En cuanto al manejo del suelo, el sorgo también aporta beneficios. “Este cultivo tiene muchas aptitudes. La inserción de sus raíces mejora la porosidad del suelo, y cuando es correctamente fertilizado, devuelve con creces la inversión del productor. Además, contribuye a la recuperación de la calidad de los suelos, lo cual es clave en sistemas de producción sustentables”, agregó Simonetti.
El 90% de la producción argentina de sorgo tiene como destino la exportación, especialmente a China, lo que marca una alta dependencia del gigante asiático. No obstante, desde la industria se percibe un buen horizonte para el cereal. “El contexto macroeconómico y la demanda china hacen que el sorgo tenga perspectivas positivas para la campaña 2025/2026”, señaló el vocero.
Por fuera del sorgo, Advanta también apuesta al desarrollo de otros cultivos, como el girasol. De hecho, el próximo 10 de junio se celebrará en la Sociedad Rural de Río Cuarto el primer Congreso Nacional de Girasol, organizado por la compañía. “Desde 2020 venimos haciendo ensayos de girasol en esta zona y vimos su crecimiento. Por eso decidimos llevar el Congreso a Río Cuarto. Estamos convencidos de que el girasol llegó para quedarse como parte de la rotación agrícola”, concluyó Simonetti.

Con este panorama, el sorgo emerge no solo como una opción rentable en términos económicos, sino también como una herramienta clave para la sustentabilidad de los sistemas productivos y la diversificación de los planteos agrícolas en el país.