El maíz toma la delantera: la región núcleo apuesta a más hectáreas en esta campaña

La región núcleo y el maíz vuelve a posicionarse como el termómetro clave de la campaña agrícola argentina. En medio de un contexto de márgenes ajustados, inestabilidad de precios y costos crecientes, los productores y asesores técnicos reconfiguran sus estrategias con una premisa clara: hacer kilos. En este escenario, el maíz recupera protagonismo con una intención de siembra que se incrementa más del 15 % en comparación con el ciclo anterior.
Según datos del último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la intención de siembra de maíz en la región núcleo muestra un salto significativo, impulsado por factores técnicos, económicos y productivos. “Se afirma la presencia del temprano con un aumento del 10 % y resurge el tardío con 100.000 hectáreas más que en 2024. En total, se espera un aumento del 17 % en la superficie destinada al cereal”, señala el reporte.
La lógica de hacer kilos con maíz
La elección no es casual. En un año con altos niveles de incertidumbre macroeconómica, precios internacionales volátiles y márgenes estrechos, el cultivo de maíz ofrece, según los técnicos, mayores oportunidades para lograr rendimientos que permitan equilibrar las cuentas. “Es más fácil lograr 120 qq/ha en un maíz temprano que 50 qq/ha en una soja de primera”, sintetizan desde la BCR.
El diferencial de kilos que se puede alcanzar con el cereal es clave para los planteos productivos actuales. Aunque el maíz implica una inversión inicial más alta, la tecnología disponible —mayor precisión en híbridos, herramientas de manejo y control sanitario— genera una ecuación favorable en términos de productividad. “Necesitamos un año de grandes rendimientos para no perder. Es la única salida que vemos”, expresan desde el sur de Santa Fe, una de las zonas más representativas del área núcleo.

Condiciones agronómicas que acompañan
Más allá de las razones económicas, el avance del maíz también encuentra respaldo en variables técnicas. Los perfiles de humedad en el suelo, a diferencia del ciclo anterior, muestran niveles adecuados que permiten encarar con optimismo las siembras tempranas, al menos hasta septiembre.
Además, otro factor clave en el resurgir del maíz tardío es el control relativo de la chicharrita (Delphacodes kuscheli), plaga que había generado alarma durante la campaña 2023/24. “La situación sanitaria está más controlada, y eso abre nuevamente la puerta a planteos tardíos, con una tecnología más adaptada y una expectativa de rindes más estables”, indican desde la Bolsa.
Así, la región núcleo podría alcanzar un total de 1,9 millones de hectáreas sembradas con maíz en la campaña 2025/26, un número que marca un cambio de rumbo respecto al protagonismo que tuvo la soja en el ciclo anterior.

Una campaña con desafíos y oportunidades
La apuesta por el maíz, sin embargo, no está exenta de riesgos. La alta inversión inicial y los costos logísticos, especialmente en campos alejados de los puertos, siguen siendo factores que limitan su expansión en otras zonas del país. Pero en la región núcleo, donde la infraestructura y el acceso al paquete tecnológico son más sólidos, la decisión está tomada: la campaña gruesa se juega con el maíz como carta principal.

A la espera de un año climático favorable, el mensaje desde el campo es claro: no hay lugar para medias tintas. La única manera de sostener la rentabilidad es con rindes altos y decisiones agronómicas bien fundamentadas. Y en ese tablero, el maíz se posiciona como la jugada más firme.