Récord histórico de cosecha en 2026, pero sin más dólares para el país

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó que la cosecha de la campaña agrícola 2025/26 será la mayor de la historia argentina, con 146,4 millones de toneladas de granos, lo que representaría un incremento del 6% respecto del ciclo anterior. Sin embargo, pese al salto productivo, el ingreso de divisas se mantendría en torno a los US$34.800 millones, un nivel similar al de este año, debido a la caída en los precios internacionales de los principales productos.
Una campaña marcada por condiciones climáticas más favorables
El informe de la entidad rosarina destaca que las proyecciones de cosecha fueron realizadas bajo el supuesto de un clima normal, sin fenómenos extremos de sequía o lluvias excesivas. “Luego de varios años con primaveras secas y frías y con la influencia de distintas fases de La Niña, la siembra de la 2025/26 arranca con un escenario más auspicioso: hay agua en los perfiles, lo cual resulta beneficioso para los cultivos de invierno y también para la siembra gruesa”, subrayó el reporte.
En este marco, el trigo se desarrolla en “un buen ambiente” y se espera una producción de 20,5 millones de toneladas, levemente por encima de la campaña pasada.

El maíz, estrella de la campaña; la soja retrocede
El maíz aparece como el gran protagonista de la cosecha 2026. La BCR proyecta que alcanzará una superficie total de 9,7 millones de hectáreas, de las cuales 8 millones se destinarán a grano comercial, frente a los 7 millones de la campaña anterior. Este aumento permitiría llegar a una cosecha récord de 61 millones de toneladas, un rebote contundente tras el impacto negativo de la chicharrita en el ciclo previo.
La soja, en cambio, será la contracara. Se prevé una reducción de 1,4 millones de hectáreas, hasta las 16,4 millones, lo que llevaría la producción a 47 millones de toneladas, un 5% menos que en 2024/25.
El girasol también tendrá un rol destacado: crecerá un 14% en superficie, hasta alcanzar los 2,5 millones de hectáreas, el nivel más alto desde 2007/08. Con ello, se espera una cosecha de 5,1 millones de toneladas.

Más volumen, pero mismo ingreso de divisas
El reporte advierte que, aunque el récord de producción es indiscutible, el país no verá una mejora proporcional en el ingreso de dólares. Se calcula un volumen exportable de 105,1 millones de toneladas, es decir, 3,5 millones más que en el ciclo actual. Sin embargo, la baja en los precios internacionales neutralizará el efecto positivo del mayor volumen.
“De acuerdo a los precios de exportación proyectados, el aporte del sector en términos de divisas por exportaciones se mantendría en US$34.800 millones, un valor idéntico al estimado para el ciclo actual”, indicó la BCR. La única excepción se encuentra en los aceites vegetales, cuyos valores FOB se sostendrían en niveles similares a los actuales.
Impacto fiscal: leve baja en dólares, pero alza en pesos
En materia de recaudación, la BCR estima que el aporte por Derechos de Exportación (retenciones) de las seis principales cadenas agrícolas alcanzará los US$5300 millones en 2026, apenas un 1% menos que en 2025. No obstante, valuado en pesos y en línea con las proyecciones del Presupuesto 2026, la recaudación crecería alrededor del 19%, un nivel similar al 23% estimado por el Gobierno nacional.
El Ministerio de Economía calculó que los ingresos por este concepto rondarían los $9,97 billones en el próximo ejercicio, un factor clave para el equilibrio de las cuentas públicas.

Un récord con sabor agridulce
La foto general muestra una paradoja: la Argentina logrará en 2026 la mayor cosecha de su historia, superando incluso el registro de 2018/19, cuando se alcanzaron 141,5 millones de toneladas, pero el aporte de dólares frescos a la economía no se incrementará.
El informe concluye que la evolución del ciclo agrícola dependerá de la estabilidad climática y de la dinámica de los mercados internacionales, especialmente de la demanda de China y de las cotizaciones de los commodities en el mercado de Chicago.
Con más volumen, pero menos precios, el campo argentino enfrentará un desafío doble: sostener el récord de la cosecha y lidiar con un flujo de divisas que no crecerá en la misma proporción.