Córdoba: el maíz y el girasol impulsan el arranque de la campaña

La campaña gruesa en Córdoba avanza a paso firme gracias a las condiciones de humedad en el perfil del suelo y un escenario sanitario estable en los cultivos. Según los últimos reportes de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la siembra de maíces tempranos ya alcanzó el 35% de la superficie proyectada, lo que representa tres puntos por encima del avance registrado en igual período del año pasado.
En el caso del girasol, el progreso es aún más marcado: el 50% del área estimada ya fue implantada, una cifra destacable para la fecha y que supera los registros históricos para este momento del año. El organismo provincial destacó que la mayor intención de siembra responde a mejores precios relativos y buenas perspectivas de rendimiento, especialmente en el centro y sudeste cordobés, donde las lluvias recientes consolidaron una base sólida para la implantación.
Avances desiguales y buenas condiciones iniciales
Mientras el maíz y el girasol muestran un avance sostenido en Córdoba, la soja y otros cultivos estivales todavía presentan una siembra incipiente. De acuerdo con el informe semanal, las temperaturas elevadas previstas para los próximos días podrían generar demoras en la implantación de las primeras hectáreas sojeras.

En términos generales, los lotes emergidos de maíz y girasol exhiben un estado bueno a muy bueno, sin síntomas de estrés hídrico ni problemas sanitarios relevantes. Sin embargo, en la franja norte de la provincia comienzan a observarse signos de menor disponibilidad de humedad, por lo que serían necesarias nuevas precipitaciones para sostener el ritmo de crecimiento y garantizar un arranque homogéneo en toda la región.
Control sanitario y baja presión de plagas
En materia sanitaria, la situación se mantiene controlada. La presencia de maíz guacho, favorecida por la humedad y las precipitaciones de las últimas semanas, se mantiene bajo control mediante barbechos químicos. Los especialistas destacaron que los productores muestran una mayor conciencia en el manejo de malezas voluntarias, una práctica clave para prevenir la transmisión de enfermedades.
Otro dato alentador surge del monitoreo del vector Dalbulus maidis, transmisor del complejo del achaparramiento del maíz. Según el Informe Nº 28 de la Red Nacional de Monitoreo, el 80% de las localidades del centro-norte de Córdoba no registró detecciones, mientras que el 16% reportó capturas mínimas, de entre uno y cuatro adultos por trampa.

En la región sur, el 98% de los puntos de control no presentó presencia del insecto, consolidando un escenario sanitario muy favorable para el cultivo. Además, las heladas recientes contribuyeron a disminuir la población del vector, reforzando las buenas condiciones fitosanitarias con las que Córdoba inicia la nueva campaña estival.
Lluvias dispares y reservas óptimas en el sur
Desde el punto de vista climático, las lluvias de septiembre tuvieron una distribución heterogénea, aunque con aportes suficientes para impulsar la siembra en la mayor parte de Córdoba. Las precipitaciones más importantes se concentraron en el sur y sudeste, donde se registraron acumulados significativos que mejoraron la recarga del perfil y facilitaron la implantación de maíz y girasol.
En contraste, el norte y noreste cordobés recibieron menores volúmenes, y comienzan a evidenciarse signos de déficit hídrico leve, situación que podría agravarse si no se registran lluvias en el corto plazo. No obstante, el balance general sigue siendo positivo, con reservas de humedad que garantizan un inicio auspicioso para la campaña gruesa.

Un comienzo alentador para la campaña estival
Con buenas condiciones de humedad, bajo nivel de plagas y una siembra que avanza por encima del promedio, Córdoba consolida un arranque prometedor para los principales cultivos estivales. Tanto el maíz como el girasol se posicionan como los grandes protagonistas del inicio de la campaña 2025/26, impulsados por la mejora de los perfiles hídricos y un contexto de estabilidad climática.
De esta manera, la provincia ingresa al tramo decisivo de la implantación con un panorama climático y sanitario favorable, lo que permite proyectar una campaña estival sólida, marcada por la recuperación de la humedad, el control efectivo de plagas y la consolidación del maíz y el girasol como cultivos estratégicos del agro cordobés.