En Córdoba el campo apuesta fuerte al trigo en este 2025


El trigo gana terreno en Córdoba, en medio de un contexto agrícola que muestra señales de recuperación tras años de inestabilidad climática y económica, el campo cordobés redobla su apuesta por el trigo. Según el último informe agroeconómico de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la intención de siembra para la campaña 2025 supera incluso las estimaciones de marzo y se posiciona como una de las más ambiciosas de las últimas décadas.

La proyección actual indica que se sembrarán 1.885.000 hectáreas con trigo en la provincia, un volumen que representa un aumento de más del 70% respecto al promedio histórico. Si se concretan estas cifras, será la mayor superficie implantada desde la campaña 2007/08, marcando un hito en la historia reciente de la producción triguera en la provincia.

Un crecimiento sostenido y superior al ciclo anterior

En comparación con la campaña anterior, el área destinada al trigo aumentaría en más de 180.000 hectáreas, un dato que refleja un fuerte repunte en la confianza de los productores. El informe, publicado en mayo por la entidad bursátil cordobesa, muestra que esta tendencia ya venía asomando en los reportes de marzo, pero terminó de consolidarse tras las lluvias de los últimos dos meses.

San Justo, Unión y Río Cuarto, tres de los departamentos más dinámicos en términos de producción agrícola, concentrarían el grueso del área sembrada. Estos distritos no solo cuentan con un fuerte desarrollo agroindustrial, sino también con productores que supieron responder con rapidez a las mejoras en las condiciones climáticas y del mercado.

Trigo, Córdoba

Clima, precios y humedad: los factores que impulsan la decisión

El informe detalla que las decisiones de siembra están atravesadas por tres factores principales: el clima, la expectativa de precios y la rentabilidad proyectada del cultivo. A eso se suma un cuarto elemento clave para el trigo: la humedad inicial en el perfil del suelo.

En ese sentido, las lluvias registradas durante marzo y abril jugaron un papel determinante. Tras una larga sequía que afectó duramente a distintas zonas del país en ciclos anteriores, la mejora en la disponibilidad de agua en el suelo cambió el ánimo de los productores. Hoy, las condiciones hídricas son significativamente mejores a las del mismo período del año pasado, y esto se traduce directamente en una mayor predisposición a sembrar trigo, un cultivo que exige una buena base de humedad para garantizar su desarrollo.

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Una señal positiva para el agro y la economía provincial

La expansión del área sembrada de trigo en la provincia no solo es una buena noticia para los productores, sino también para la economía provincial en su conjunto. El trigo es uno de los cultivos clave para el esquema agrícola argentino y representa una fuente importante de divisas a través de la exportación, además de generar empleo y actividad en las zonas rurales.

La expectativa de una campaña récord se da, además, en un momento en que el Gobierno nacional busca incentivar las exportaciones agroindustriales y consolidar el superávit comercial. En ese marco, la solidez del trigo cordobés puede aportar un respaldo importante al ingreso de divisas y a la estabilidad económica del país.

Por otro lado, el crecimiento de la superficie sembrada también pone de relieve la capacidad del sector agropecuario para adaptarse a escenarios cambiantes. La apuesta por el trigo, en este caso, responde tanto a señales de mejora climática como a oportunidades comerciales concretas, en un contexto donde el productor busca diversificar riesgos y asegurar márgenes de rentabilidad.

Trigo, Córdoba

Un horizonte favorable

Aunque todavía queda camino por recorrer, los números actuales trazan un horizonte favorable para la campaña triguera en Córdoba. Si las condiciones climáticas se mantienen y la evolución de los mercados internacionales acompaña, la provincia podría volver a posicionarse como uno de los motores del trigo argentino, con una producción robusta y de alta calidad.

El desafío ahora será sostener este impulso inicial con decisiones técnicas acertadas, manejos agronómicos eficientes y políticas públicas que acompañen al productor en esta nueva etapa de crecimiento. Por lo pronto, el campo cordobés ya dio su primera señal: el trigo vuelve a ser protagonista.