Córdoba avanza en la regulación de drones para el agro

Córdoba se encuentra en plena transición hacia una agricultura más tecnológica, donde el uso de drones para la aplicación de fitosanitarios y el monitoreo de cultivos se consolida como una herramienta clave. Así lo explicó el ingeniero agrónomo Gustavo Balbi, director de Fiscalización del Ministerio de Bioagroindustria, durante la Jornada de la Mesa de Buenas Prácticas Agropecuarias, realizada en Río Cuarto.
“En materia de drones dependemos de la ANAC para la aeronavegación y del SENASA respecto de los productos fitosanitarios”, indicó Balbi. “Las provincias, sobre esa base, establecen resoluciones, leyes y criterios sobre la técnica de aplicación y la trazabilidad de los productos”.
Un marco normativo en construcción
El funcionario destacó que la normativa nacional vigente incluye la resolución 550 y las RAC-100, 101 y 102 de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), mientras que el SENASA ya registró diez productos autorizados para su aplicación con drones. A partir de esas bases, Córdoba trabaja en su propia reglamentación para ordenar el uso y la capacitación.

“La idea es avanzar en la formación de operarios aplicadores, con cursos diseñados junto a universidades, INTA y FeArCA”, explicó Balbi. El esquema incluye una combinación de teoría virtual y práctica presencial, involucrando también a actores privados con experiencia operativa en el uso de drones.
Según el funcionario, la provincia busca un equilibrio entre innovación y responsabilidad: “Estamos en transición. La tecnología vino para quedarse, y debemos complementarla con normas claras que protejan tanto al productor como al ambiente”.

Registro, capacitación y control
La regulación provincial contempla la creación de un registro de explotadores, que deberá incluir una declaración jurada según ANAC, la factura de compra del dron y la habilitación del operario con curso aprobado. Esta estructura busca garantizar trazabilidad, seguridad y control del uso de los drones.
“Queremos cuidar la innovación, capacitar a los operadores y establecer reglas claras para producir de manera segura”, enfatizó Balbi. La provincia apunta a construir un sistema confiable donde cada aplicación esté respaldada por buenas prácticas y supervisión técnica.
En ese sentido, Córdoba concentra casi un tercio de la superficie agrícola del país, con unas 7,5 millones de hectáreas y 300 localidades dentro de la zona productiva. Este peso productivo convierte a la provincia en un escenario clave para desarrollar estándares que luego puedan replicarse en otras jurisdicciones.

Buenas prácticas y responsabilidad compartida
Además de las regulaciones en el uso de drones, la Mesa de Buenas Prácticas Agropecuarias hizo hincapié en los aspectos técnicos que garantizan una aplicación eficiente y segura. Entre ellos, se mencionaron la altura y velocidad de vuelo, el tamaño de gota, el tipo de boquilla y la combinación adecuada de variables meteorológicas y técnicas.
“No se trata solo de incorporar tecnología, sino de aplicar criterios técnicos y regulatorios que garanticen resultados seguros y sostenibles”, sostuvo Balbi. Las buenas prácticas, destacó, deben ser el eje central de cualquier avance tecnológico en el agro.
El desafío, según las autoridades, es integrar a todos los actores del sistema —productores, operarios, organismos públicos y privados— bajo un mismo estándar de responsabilidad y capacitación. Así, el uso de drones podrá expandirse sin riesgos y con beneficios comprobables para el sector.

Córdoba marca el camino
Con estas medidas, Córdoba busca consolidar un sistema donde la innovación tecnológica se integre de manera responsable, asegurando que la aplicación de productos fitosanitarios con drones sea segura, trazable y conforme a la ley.
La provincia se posiciona como referente nacional en materia de regulación agropecuaria moderna, combinando la promoción de nuevas tecnologías con la formación de recursos humanos y el fortalecimiento institucional.
“Debemos ser cuidadosos pero responsables, y establecer un marco de buenas prácticas que nos permita trabajar tranquilos”, concluyó Balbi.
De esta manera, Córdoba sienta un precedente para el resto del país, impulsando un modelo de desarrollo agroindustrial basado en la innovación, la capacitación y el respeto por las normas.