El cierre de Whirlpool reaviva el alerta industrial y la UIA advierte sobre costos 30% más altos que en Brasil
El reciente cierre de la planta de Whirlpool en Pilar, inaugurada apenas en 2022, encendió nuevamente las alarmas en el sector industrial argentino. La empresa confirmó la desvinculación de 220 trabajadores, un impacto directo que se suma a un escenario ya frágil para la actividad manufacturera. Este caso se convirtió en el punto de partida de un reclamo más profundo por parte de la Unión Industrial Argentina (UIA), que advierte sobre la pérdida de competitividad y la urgencia de reformas estructurales.
En paralelo a la situación de Whirlpool, la industria textil también sufrió golpes significativos: las empresas Luxo y Vulcalar cerraron sus plantas en La Rioja, con la pérdida de 120 puestos de trabajo. Para el sector, estos cierres no son hechos aislados, sino señales de que el entramado productivo enfrenta condiciones cada vez más difíciles para sostener actividad y empleo.
Competitividad en caída: producir es hasta 30% más caro
Tras conocerse el caso Whirlpool, el presidente de la UIA, Martín Rappallini, afirmó en Infobae en Vivo que producir en Argentina es entre un 25% y un 30% más caro que en Brasil, su principal referencia regional. “Los problemas estructurales —como la carga impositiva, el costo laboral y la falta de infraestructura— nos dejan en clara desventaja”, sostuvo.
El dirigente insistió en que estas diferencias condicionan la capacidad de las empresas como Whirlpool para competir tanto en el mercado local como en el internacional. “La política industrial es todo lo que hace el Gobierno para mejorar la competitividad”, dijo Rappallini, enumerando entre las medidas necesarias la reducción de impuestos, la modernización laboral, la mejora de infraestructura y el combate al dumping y al contrabando.

Actividad frenada y un leve repunte tras la baja de tasas
Según la UIA, el deterioro industrial se profundizó en los tres meses previos a las elecciones, cuando la suba de tasas al 60% generó un freno en prácticamente todos los sectores. Incluso rubros que venían recuperándose mostraron una abrupta pérdida de dinamismo. “Todos fueron afectados por la suba de tasas”, señaló Rappallini.
Con la reducción reciente al 30%, algunas actividades comenzaron a evidenciar un leve repunte. Sin embargo, el dirigente advirtió que la recuperación es incipiente y frágil. Para que sea sostenible y no ocurra el cierre de empresas como Whirlpool, insistió, es necesario que la baja de tasas se mantenga y se complemente con un proceso más amplio de estabilización macroeconómica y reducción de costos internos.

Reclamo por reformas laborales y fiscales
El cierre de Whirlpool aceleró los tiempos del reclamo empresario. Rappallini aseguró que la UIA trabaja activamente en el Consejo de Mayo junto al Gobierno para avanzar con reformas que —según afirma— ya aplican otros países de la región. “Estamos pidiendo con urgencia la reforma fiscal y la modernización laboral. Cuando estabilizás la economía, el gran desafío es bajar los costos internos para competir”, explicó.
A la dificultad local se le suman factores externos. El titular de la UIA volvió a denunciar la competencia desleal derivada del ingreso masivo de productos a través de plataformas como Temu y Shein, que —según señaló— ingresan mercancía sin pagar impuestos. También alertó por prácticas desleales provenientes de China, que impactan de manera directa en la producción nacional.

Integración al mundo sí, pero con reglas claras
Rappallini remarcó que la solución para evitar casos como los de Whirlpool no pasa por cerrar la economía, sino por activar los mecanismos para competir con condiciones equivalentes. Señaló que países como Brasil y México cuentan con industrias fuertes pese a tener mercados abiertos y dinámicos. “No hay país que se haya desarrollado cerrando su economía. La integración es el camino”, afirmó. Pero advirtió que para sostener una apertura efectiva es imprescindible corregir las distorsiones que afectan a la industria local.
En ese sentido, reiteró que Argentina sufre problemas impositivos, laborales y de infraestructura que generan un costo adicional del 25–30% respecto de Brasil. Ese diferencial, aseguró, debe ser tenido en cuenta para diseñar políticas que permitan a la industria ser parte del nuevo régimen económico, sin quedar rezagada en un contexto global altamente competitivo.
Para la UIA, los recientes cierres —con Whirlpool como caso emblemático— evidencian la urgencia de avanzar en medidas que reduzcan costos y mejoren el entorno económico. “Hay que trabajar en la competitividad. Y si la actividad no se reactiva, el Gobierno tendrá que evaluar qué hacer”, concluyó Rappallini.
