Central Córdoba eliminó a San Lorenzo en una noche cargada de polémica


Central Córdoba eliminó 2-1 a San Lorenzo en un duelo por los octavos de final del Torneo Clausura que terminó marcado por las controversias arbitrales, los reclamos airados y un clima tenso que se trasladó a la salida del campo de juego. Nazareno Arasa, árbitro principal, quedó en el centro de las críticas por un penal sancionado a instancias del VAR, manejado por Lucas Novelli, y por una incorrecta expulsión que condicionó al Ciclón.

El equipo de Boedo ganaba 1-0 cuando el VAR detectó un penal mínimo de Ignacio Perruzzi sobre Lucas Varaldo, que cambió el rumbo del encuentro. Para peor, segundos después Arasa mostró la segunda amarilla a Jhohan Romaña, sin que hubiera cometido falta alguna en esa acción. La primera amonestación había sido por protestar la sanción del penal.

La noche terminó con bronca y empujones en la zona de vestuarios. El gol del triunfo de José Florentín, convertido en el último minuto, desató la furia del plantel de San Lorenzo, que se sintió perjudicado por el arbitraje.

San Lorenzo, Central Córdoba

Primer tiempo parejo, con San Lorenzo más sólido

En la etapa inicial, el local fue levemente superior. San Lorenzo comenzó presionando arriba e intentando ser protagonista, pero un par de corridas de Matías Perelló por la izquierda obligaron al equipo de Ayude a replegarse algunos metros. La solidez defensiva, base del proyecto del DT, volvió a ser la prioridad.

Central Córdoba generó peligro gracias a su mayor verticalidad. Orlando Gill, arquero paraguayo del Ciclón que regresó tras la fecha FIFA, respondió con solvencia: contuvo dos remates cruzados —uno de Perelló y otro de Fernando Martínez— y estuvo firme en los envíos aéreos y en los cortes.

En ataque, San Lorenzo produjo poco. El único aviso serio fue un cabezazo de Alexis Cuello. Todo cambió sobre el final del primer tiempo: Romaña recuperó una pelota tras un mal control de Varaldo, encaró con determinación y dejó servido el gol a Facundo Gulli, que definió de zurda al ángulo. El tanto, a segundos del descanso, llevó a los jugadores a abrazar al defensor colombiano, figura de la jugada.

La jugada que cambió el partido

El segundo tiempo mostró nuevamente a Central Córdoba como protagonista, presionando y buscando el empate. La acción clave llegó a los 20 minutos: Perruzzi y Varaldo cayeron en el área, Arasa dijo “nada”, pero el VAR lo llamó. Las repeticiones mostraron una leve falta, pero el árbitro anunció penal por “sujeción”, un motivo que no coincidió con lo observado.

Varaldo transformó el penal en el 1-1, y el clima se enrareció. Romaña y Cuello fueron amonestados por protestar, aunque la amarilla del colombiano sería decisiva. En una jugada posterior, Perelló simuló un cabezazo en un cruce cara a cara con Romaña, y Arasa decidió mostrar amonestación para ambos, lo que derivó en la expulsión del defensor, muy protestada porque el VAR no puede intervenir en jugadas de amarilla.

Central Córdoba

San Lorenzo con nueve y un cierre dramático

Con uno menos y el ánimo caldeado, San Lorenzo intentó resistir el empate. Ayude movió el banco para reordenar al equipo, pero la desventaja numérica se sentiría aún más cuando Domínguez también vio la roja, dejando al Ciclón con nueve jugadores en el tramo final.

El golpe definitivo llegó en tiempo cumplido: el lateral derecho Moyano desbordó al estilo Cafú, llegó al fondo y lanzó el centro que José Florentín empujó para el 2-1 que clasificó a Central Córdoba y desató el festejo santiagueño.

El cierre fue un desborde total: empujones entre jugadores, discusiones encendidas y fuertes reclamos a la terna arbitral. San Lorenzo se retiró con la sensación de haber sido perjudicado, mientras que Central Córdoba celebró un triunfo sufrido que lo mete en los cuartos de final, donde espera por Rosario Central o Estudiantes.