La carne vuelve a la mesa: el consumo crece 5 kilos por habitante

En un contexto de inflación contenida, mejora del poder adquisitivo y cambios en el escenario productivo, el consumo de carne en Argentina muestra señales claras de recuperación. Según el último informe del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), en lo que va de 2025 el consumo de proteínas cárnicas (vacuna, aviar y porcina) creció casi 5 kilos por habitante, alcanzando los 114 kilos anuales per cápita, el mejor dato desde 2018.
El fenómeno no fue producto de una baja de precios, sino del efecto combinado de ingresos en alza, precios estables en términos reales y una mayor disponibilidad para el mercado interno. En paralelo, el mercado externo se enfría, por lo que el consumo doméstico se consolida como el principal sostén del sector cárnico, reconfigurando el escenario comercial.
Más carne, más gasto, más poder de compra
Durante los primeros cinco meses del año, los ingresos crecieron un 19% real frente a una inflación acumulada del 13%, lo que permitió al consumidor destinar un 36% más de su gasto en carne a cortes vacunos, según el Rosgan.
Esto ocurrió incluso cuando los precios subieron por encima del promedio inflacionario:
- Carne vacuna: +59%
- Carne porcina: +62%
- Carne aviar: +48%

La inflación interanual, por su parte, se ubicó por debajo del 40%, lo que refleja una recuperación del poder adquisitivo. Según el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), el salario promedio creció un 62,5% interanual a mayo, marcando un punto de inflexión tras años de deterioro.
“El consumidor vuelve a optar por la carne vacuna”, destaca el informe. “La proteína animal recupera protagonismo en la dieta local, tras años de ajustes y sustituciones”.
Un mercado interno que absorbe más
Entre enero y junio, la producción nacional de carne vacuna alcanzó 1.516 mil toneladas, de las cuales solo el 24% fue exportado, debido a una caída interanual del 19% en los embarques. En consecuencia, el mercado interno absorbió 1.153 mil toneladas, lo que representa un 11,4% más que en el mismo período de 2024.

Esto impulsó el consumo per cápita:
- Carne vacuna: de 47,6 kg a 50,2 kg (+2,6 kg)
- Carne aviar: +1 kg
- Carne porcina: +1,3 kg
En total, cada argentino consumió 4,9 kilos más de carne que el año anterior, un dato más que positivo.
¿Un límite a la demanda?
El interrogante ahora es si el mercado interno podrá seguir absorbiendo este volumen de producción, en un contexto de oferta creciente. Según datos del Senasa, los feedlots mantienen más de 2 millones de cabezas encerradas, y la oferta mensual de animales gordos supera las 450 mil cabezas. Además, hay una mayor cantidad de hacienda en recría que ingresará al mercado en el segundo semestre.

Este escenario de abundante oferta podría mantener estable el abastecimiento, pero también generar presiones sobre los precios y márgenes en caso de que la demanda se estanque y no continúa con este nivel de consumo.
¿Y las exportaciones?
En paralelo, el sector espera una reactivación moderada de las exportaciones a partir de la baja de retenciones y un leve repunte del tipo de cambio oficial, medidas adoptadas por el Gobierno para estimular la competitividad externa y sumar mercados. Sin embargo, persisten dudas sobre la estabilidad cambiaria, especialmente en un año electoral, lo que podría limitar el despegue sostenido de los envíos al exterior.
Así, mientras el frente externo se mantiene incierto, el mercado interno gana centralidad como motor de la cadena cárnica. La combinación de mayor consumo, estabilidad relativa de precios y recuperación del poder de compra da forma a un nuevo escenario donde la carne —y en especial la vacuna— vuelve a afirmarse como símbolo del bienestar argentino.