La carne se consolida en Estados Unidos y caen las alternativas vegetales

El consumo de carne en los Estados Unidos muestra signos de firmeza a pesar de las campañas a favor de dietas basadas en plantas. Una reciente encuesta nacional realizada por Datassential, en colaboración con el Culinary Institute of America, reveló que apenas el 24% de los estadounidenses limita su ingesta de carne, frente al 29% que lo hacía en 2022. Este dato indica una reversión en la tendencia de reducción que venía ganando espacio durante la última década.
El estudio, basado en entrevistas a más de 1.500 personas, expone una serie de tendencias que confirman que mantiene un rol central en la dieta de los estadounidenses. Entre los factores clave, destacan la preferencia por el sabor, la capacidad de saciar el apetito y la percepción nutricional positiva en comparación con las llamadas proteínas alternativas.
La encuesta reveló que solo uno de cada cuatro estadounidenses restringe su consumo de carne. Mientras tanto, las opciones sin proteína animal pierden atractivo, especialmente entre los más jóvenes.
Cocinar con carne, una costumbre que crece
Uno de los hallazgos más significativos del informe es que los hogares estadounidenses están cocinando más con carne desde 2023. El consumo de comidas sin proteína animal, a base de vegetales o con sustitutos cárnicos, se redujo en torno a un 7% u 8% en comparación con el año anterior. Esta caída refleja una pérdida de interés por parte de los consumidores en productos que no logran igualar el sabor ni la experiencia de la tradicional.
El informe destaca que esta tendencia se verifica en todos los segmentos etarios, aunque con diferencias notables. La generación Z, por ejemplo, consume menos carne en general que los millennials o los adultos de la generación X, pero no reemplaza esa reducción con alimentos a base de plantas. De hecho, solo el 18% de los integrantes de la generación Z consume alternativas, frente al 29% de los millennials.

¿Por qué la eligen?
Cuando se profundiza en los motivos detrás de esta inclinación, el sabor y la saciedad emergen como factores determinantes. El 45% de los encuestados expresó preocupación por el sabor de las proteínas vegetales, señalando que muchas de estas no alcanzan a replicar el perfil sensorial de la carne. Además, el 28% manifestó sentir hambre nuevamente a las pocas horas de consumir proteínas vegetales, lo que evidencia una percepción de menor poder de saciedad frente a las proteínas animales.
La valoración nutricional también sigue siendo favorable a las carnes tradicionales. El 90% de los estadounidenses considera que la de ave es una fuente “excelente” de proteínas, mientras que el 85% opina lo mismo de la carne roja. En cambio, solo el 36% tiene esa percepción positiva sobre las alternativas, una brecha que muestra las dificultades de los productos vegetales para consolidarse como opción confiable y saludable.

¿Retroceso del movimiento “plant-based”?
Los resultados del estudio confirman un repliegue del entusiasmo por las vegetales, que habían ganado popularidad entre 2019 y 2021, impulsadas por grandes marcas, campañas de marketing y un fuerte respaldo mediático. Sin embargo, en la actualidad, muchas empresas del sector enfrentan problemas de ventas y cambios en sus estrategias. Algunas han tenido que reformular productos, reducir costos o incluso salir de ciertos mercados.
El propio informe advierte que el fenómeno de las alternativas no ha sido adoptado masivamente, ni siquiera por los consumidores más jóvenes. Mientras tanto, la carne tradicional, especialmente el pollo y la vacuna, sigue ocupando un lugar destacado en la mesa de millones de estadounidenses, tanto por costumbre como por preferencia.

La carne sigue siendo una pieza central de la dieta estadounidense, respaldada por factores culturales, organolépticos y nutricionales. Aunque la preocupación por el medio ambiente y la salud motivó el crecimiento de las opciones vegetales en años anteriores, el gusto, la saciedad y la confianza en los beneficios siguen pesando más al momento de elegir qué comer.
A futuro, la evolución de estas tendencias dependerá tanto de la innovación de las industrias vegetales como de los hábitos alimenticios familiares, que hoy por hoy siguen priorizandola como fuente principal de proteína. En este escenario, la carne no solo resiste: se afirma.
Con información de CarneTec