Caravanas electrónicas: proponen cambios técnicos para mejorar la identificación a campo

En un nuevo capítulo del debate por las caravanas electrónicas, las entidades que conforman la Mesa de Enlace elevaron una propuesta al Gobierno nacional para introducir modificaciones técnicas en el sistema de caravanas electrónicas que comenzará a implementarse de manera obligatoria en la Argentina a partir del 1° de enero de 2026. Entre los principales pedidos, se destaca la incorporación de una numeración alfanumérica visible y la inclusión del Código Único de Identificación Ganadera (CUIG), con el objetivo de facilitar el trabajo diario de los productores y mejorar la trazabilidad de la hacienda.
Esta solicitud se enmarca en la cuenta regresiva hacia la entrada en vigor de un sistema que representa un cambio trascendental para la ganadería nacional: la identificación electrónica obligatoria de los terneros en el momento del destete. La medida, impulsada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), apunta a reforzar los estándares sanitarios, fortalecer la trazabilidad y mejorar el acceso a los mercados internacionales.
Un reclamo desde el campo
La Mesa de Enlace —integrada por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Sociedad Rural Argentina (SRA), Federación Agraria Argentina (FAA) y Coninagro— planteó que el diseño actual de las caravanas electrónicas podría presentar dificultades en el uso cotidiano, especialmente en los trabajos a campo donde la lectura visual rápida es clave para una correcta identificación.

“Uno de los puntos centrales de nuestra propuesta es la incorporación de una numeración alfanumérica visible que incluya el CUIG. Esto permite que, en vez de tener que leer o registrar un código largo o utilizar un lector electrónico en cada intervención, el productor pueda guiarse con facilidad por los últimos dígitos visibles en la caravana”, explicaron desde CRA.
Además, indicaron que esta mejora no solo agilizaría las tareas de manejo y control, sino que también reduciría errores en la identificación de los animales. El CUIG es un componente esencial dentro del sistema de trazabilidad, ya que permite identificar de manera unívoca a cada ejemplar desde su nacimiento hasta su faena.
Evaluación oficial y apoyo industrial
La propuesta ya fue recibida por la Secretaría de Agricultura de la Nación y por el propio Senasa, que se encuentran evaluando su viabilidad técnica y normativa. Según pudo saber ValorCarne, ambos organismos iniciaron conversaciones con los fabricantes y comercializadores de caravanas electrónicas para analizar la factibilidad del cambio, y encontraron un número significativo de empresas predispuestas a acompañar la modificación.

“Es una mejora razonable y técnicamente posible. Algunos fabricantes ya ofrecen versiones con numeración visible, por lo que se trataría de establecer un estándar común y validado por los organismos oficiales”, reconocieron fuentes del sector privado.
Desde la Secretaría de Agricultura indicaron que se espera una definición oficial en los próximos días, ya que los tiempos administrativos para ajustar las normativas y permitir que los productores accedan a los nuevos diseños son acotados. El proceso de adopción será gradual, pero comenzará formalmente con los destetes de terneros del ciclo 2025/2026.
Caravanas electrónicas y una medida con impacto a largo plazo
Las caravanas electrónicas es una herramienta central para profesionalizar la ganadería argentina y alinearse con los estándares internacionales. Pero su adopción masiva también requiere atender las realidades operativas de los productores y garantizar que las tecnologías no entorpezcan el trabajo diario.

En ese sentido, la Mesa de Enlace considera que esta modificación representa un “ajuste de sentido común” que facilita la transición hacia un sistema más moderno, sin perder de vista la practicidad y eficiencia del trabajo rural.
La decisión final, que podría conocerse en breve, marcará un hito para el futuro de la trazabilidad en el país y para la implementación efectiva de una herramienta que, bien aplicada, promete mejorar la competitividad y sanidad del rodeo nacional.