El campo como motor económico 2025 según el análisis del USDA


El campo sigue empujando la economía argentina. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) presentó recientemente un informe que revela la magnitud del impacto del sector agroindustrial en la economía norteamericana. Para ello, desarrolló una herramienta denominada “Multiplicador de Comercio Agropecuario”, que permite cuantificar cómo cada dólar exportado por el agro se traduce en generación de riqueza y empleo a lo largo de toda la cadena económica.

Los datos del Servicio de Investigación Económica (ERS) del USDA correspondientes a 2022 son contundentes: las exportaciones agroindustriales alcanzaron un valor de 197.400 millones de dólares, pero ese comercio generó además 214.600 millones de dólares adicionales en actividad económica interna, lo que eleva el impacto total a 412.000 millones de dólares. En otras palabras, cada dólar exportado por el agro generó, en promedio, 2,09 dólares de actividad económica en EE.UU.

Este efecto multiplicador evidencia que el campo no sólo es clave por su capacidad exportadora, sino también por su rol en la dinamización de sectores industriales, de servicios y transporte. Desde el cultivo de granos hasta su llegada a los mercados internacionales, cada etapa del proceso moviliza recursos, insumos, logística y empleo.

“El sector agroindustrial estadounidense es un pilar fundamental de la economía, impulsando no solo la producción económica, sino también el empleo en diversos sectores”, sostiene el informe. “Desde el cultivo en el lote hasta su destino final, cada etapa genera oportunidades laborales en la manufactura, los servicios, el comercio y el transporte”, añade el organismo.

Campo

Empleo más allá del campo

Uno de los datos más significativos del informe es el impacto del comercio agroindustrial en el mercado laboral. En 2022, las exportaciones agroindustriales generaron 1,25 millones de puestos de trabajo. Esto equivale a 6.338 empleos por cada 1.000 millones de dólares exportados.

Un dato relevante es que la mayor parte de estos empleos se generaron fuera del sector agropecuario tradicional. El informe señala que 773.900 puestos de trabajo se originaron en sectores no rurales, como manufactura, transporte, servicios financieros y tecnológicos, entre otros. En tanto, el sector agropecuario rural contribuyó con 477.200 empleos.

El USDA destaca, por ejemplo, que la exportación de soja no solo demanda mano de obra en el campo, sino que también genera empleo en industrias como la producción de biodiésel, logística, procesamiento, servicios legales y administrativos. Es decir, el comercio agrícola genera una red interconectada de actividades que trascienden ampliamente el ámbito rural.

Campo

Una cadena que activa múltiples sectores

El informe detalla cómo las exportaciones de productos agrícolas —en especial granos— movilizan una compleja red de industrias. La simple venta al exterior de un cargamento de maíz o trigo implica la compra de insumos como combustible, agroquímicos y fertilizantes, que activan a su vez la industria energética y química.

Además, el proceso exportador requiere de servicios especializados en finanzas, seguros, procesamiento de datos, logística, comercio exterior, gestión administrativa y transporte. Esta interdependencia convierte al agro en uno de los motores más potentes de la economía estadounidense, con influencia directa sobre el crecimiento de otros sectores.

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Una herramienta para decisiones estratégicas

El “Multiplicador de Comercio Agropecuario” desarrollado por el USDA no es solo un ejercicio estadístico. Representa una herramienta clave para diseñar políticas públicas que potencien el rol del agro en la economía y resalten su impacto real en la generación de empleo y riqueza.

La publicación de estos datos también busca valorar el peso estratégico del sector agroindustrial en un contexto de competencia internacional creciente y disputas comerciales. Demostrar que cada dólar exportado por el agro genera más del doble en actividad económica nacional puede ser un argumento central en negociaciones comerciales y debates sobre subsidios, infraestructura o políticas fiscales.

En definitiva, el informe del USDA reafirma lo que muchos ya intuían: el campo no es solo campo. Es industria, comercio, tecnología y empleo. Y cada contenedor que parte de un puerto estadounidense con productos agrícolas representa una inyección de crecimiento para toda la economía.