El campo pide a Diputados aprobar el RIMI para impulsar exportaciones

El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) insistió en la necesidad de que la Cámara de Diputados trate con urgencia la creación del Régimen de Incentivo a las Medianas Inversiones (RIMI), un esquema pensado para incluir a pymes agroindustriales que hoy no pueden acceder a los beneficios del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
El planteo se realizó en la reunión plenaria mensual del CAA, que reunió a más de 40 cámaras y entidades del sector, junto a representantes del Gobierno y la presidenta del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), María Beatriz “Pilu” Giraudo.
La entidad sostiene que sin una herramienta adaptada a las necesidades de las pymes, muchas oportunidades de inversión y de crecimiento exportador quedarán sin aprovechar, especialmente en un momento en que la agroindustria busca consolidar su rol como motor económico federal.

Reclamo por el RIMI
El RIGI se transformó en el principal instrumento del Gobierno para atraer capitales externos, pero con un piso de inversión mínima de 200 millones de dólares que lo vuelve inaccesible para la mayoría de las empresas argentinas.
El RIMI surge como una alternativa para cubrir ese vacío, con escalas de inversión obligatoria mucho menores. Según la iniciativa, las microempresas podrían ingresar con un mínimo de 150.000 dólares, las pequeñas con 600.000, las medianas tramo 1 con 3,5 millones, las de tramo 2 con 9 millones, y el resto de las compañías a partir de 30 millones.
Los beneficios del RIMI incluyen mejoras en el impuesto a las Ganancias, devolución anticipada del IVA y exenciones en derechos de exportación, siempre que se incremente el monto exportado respecto al año previo. Para el agro, que quedó excluido del RIGI, esta posibilidad es considerada clave.

“Una fuerte recuperación de la inversión a nivel federal”
El presidente del CAA advirtió sobre la falta de avances legislativos, al remarcar que el proyecto RIMI forma parte de la Ley de Promoción de Inversiones y Empleo. “Podría generar una fuerte recuperación de la inversión a nivel federal”, señaló en un comunicado.
El Consejo se comprometió a continuar trabajando en el Congreso para impulsar la iniciativa del RIMI, al tiempo que recordó que también promueve otros proyectos de ley estratégicos, como los vinculados a biocombustibles y al riesgo agropecuario.
La entidad considera que el contexto internacional, con tensiones geopolíticas y nuevas formas de proteccionismo, exige herramientas ágiles para que las empresas argentinas puedan competir en igualdad de condiciones y ampliar sus mercados.

Fortalecer las exportaciones
Además del reclamo por el RIMI, el CAA también aprovechó la reunión para reforzar su agenda exportadora junto al Gobierno, con el objetivo de ganar competitividad en los principales destinos comerciales.
Se firmó un acuerdo de cooperación técnica con el Grupo de Países Productores del Sur (GPS), con el propósito de mejorar el análisis de mercados y la capacidad de respuesta ante conflictos internacionales que impactan sobre la agroindustria.
Asimismo, se realizó un encuentro con el secretario de Negociaciones Económicas Internacionales, Fernando Brum, en el que se discutió el acceso a mercados para carnes, frutas, lácteos, cereales y oleaginosas, además de negociaciones multilaterales sobre normas sanitarias y fitosanitarias.
SENASA y articulación público-privada
La presidenta del Senasa, María Beatriz Giraudo, participó de la plenaria del CAA, con un mensaje centrado en la necesidad de fortalecer al organismo como garante de calidad y certificador de exportaciones.

El Consejo propuso reactivar las mesas técnicas con el Senasa, para avanzar en la facilitación regulatoria y acelerar negociaciones sanitarias que resultan determinantes para el acceso a nuevos destinos.
Una agenda compartida
“La reunión con Cancillería fue muy positiva, sentimos que hay un acompañamiento real del Gobierno”, expresó Idígoras tras el encuentro donde se abordó la importancia del RIMI. Destacó la importancia de una articulación público-privada sólida para defender los intereses de la agroindustria en los foros internacionales.
En ese camino, el pedido al Congreso para que avance con el RIMI aparece como la prioridad inmediata, en un contexto en el que la agroindustria busca afianzar su rol de motor productivo, generador de divisas y empleo federal.