Campaña de Maíz: escenario ideal con lluvias récord y baja de retenciones


La campaña de maíz 2025/26 se perfila como una de las más prometedoras de los últimos años: perfiles hídricos recargados, derechos de exportación más bajos y previsibilidad impulsan al productor. La apuesta no solo pasa por más hectáreas, sino también por mayor inversión en tecnología.

La campaña de maíz 2025/26 en Argentina llega precedida de un contexto excepcional. El mes de julio fue el más llovedor en 40 años en la región núcleo y, en paralelo, el Gobierno nacional redujo las retenciones al cereal del 12 % al 9,5 %. Este doble impulso despertó entusiasmo entre los productores y renovó el interés por el maíz como cultivo estratégico.

Según un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la intención de siembra aumentaría un 17 % respecto del ciclo anterior, manteniendo una expectativa firme de crecimiento. Sin embargo, el análisis del comportamiento del sector revela que la expansión no se basa solo en incentivos económicos, sino también en un cambio de clima más profundo: la recuperación de la previsibilidad.

El efecto de las lluvias en la campaña de maíz: perfiles recargados y oportunidad agronómica

Con acumulados que superaron los 250 mm en algunas zonas, julio dejó perfiles de suelo completamente recargados en la campaña de maíz en el centro productivo del país. El regreso de un año “Neutral”, sin fenómenos como El Niño o La Niña, permite prever un clima más estable, lo cual reduce los riesgos y alienta la toma de decisiones productivas más agresivas.

Campaña de Maíz, Lluvias, Cosecha, Agricultura

En lugares como Pergamino, técnicos y productores coinciden en que todavía es temprano para definir cambios drásticos, pero el potencial está. “La ventana de siembra todavía no abrió y hay margen para ajustar decisiones según cómo evolucionen los precios y el mercado de insumos”, explicaron desde el área.

Precios, fertilización y decisiones

El efecto inmediato de la reducción de las retenciones se sintió en la mejora del precio neto percibido por el productor. En localidades como Bigand y Bombal, la BCR registró un cambio de ánimo: el productor está más tranquilo y, aunque se maneja con cautela, ya evalúa mejorar la tecnología aplicada, sobre todo en fertilización.

El informe también destaca que la gran oportunidad agronómica que presenta esta campaña de maíz empuja a algunos productores a aumentar las dosis de fósforo y nitrógeno, apostando a mayores potenciales de rinde. Sin embargo, advierte que uno de los factores decisivos será la evolución del precio de los fertilizantes, en especial del fósforo, que ha mostrado volatilidad en el mercado internacional.

Maíz, Senasa

Tecnología y márgenes: mayor libertad para decidir

El margen bruto mejorado por la baja de retenciones, sumado al menor riesgo climático, genera condiciones para que muchos productores recuperen capacidad de inversión, tanto en insumos como en manejo. Esto permite una planificación más técnica y menos condicionada por las urgencias financieras.

Aun así, la BCR subraya que la intención de siembra en la región núcleo no cambió en los últimos relevamientos, y se sigue estimando en un 17 % de aumento interanual. Lo que podría cambiar con fuerza es el paquete tecnológico, si los precios de los insumos y los valores del maíz en el mercado acompañan.

Maiz, chicharrita, Córdoba

Una campaña con señales alentadoras

En resumen, la campaña de maíz se posiciona como una de las más atractivas de la campaña gruesa. Con clima favorable, precios más competitivos y señales fiscales más claras, el productor vuelve a tener herramientas para planificar y apostar al rendimiento.

La gran incógnita no es si habrá más maíz —porque todo indica que sí—, sino cuánto más puede dar el cultivo si se lo acompaña con inversión, manejo profesional y tecnología adecuada. El contexto alienta a esa búsqueda.