SENASA actualiza el control de brucelosis bovina para el movimiento de hacienda desde 2026
Desde el 1 de enero de 2026, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) pondrá en marcha una actualización clave en sus mecanismos de control para el movimiento de hacienda. Según informó el organismo, el objetivo principal es evitar la dispersión de la brucelosis bovina, una enfermedad que continúa siendo un desafío sanitario en diversas regiones productivas. Con esta mejora, el sistema comenzará a verificar automáticamente los requisitos necesarios para la emisión del Documento de Tránsito electrónico (DT-e), especialmente para categorías susceptibles como vacas, toros y toritos, reforzando así los protocolos ya vigentes en la normativa nacional.
En línea con la Resolución 67/2019
La actualización se encuentra alineada con los parámetros establecidos por la Resolución SENASA N° 67/2019, que fija los criterios para la prevención y el control de la brucelosis bovina. Según explicaron desde el organismo, el Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (SIGSA) ahora será responsable de verificar automáticamente la necesidad del Certificado de Seronegatividad a Brucelosis (CSM) previo a cualquier traslado.
Aunque el certificado ya era exigido en determinados casos, el nuevo proceso no constituye un requisito adicional, sino una mejora en el control interno que permitirá garantizar que todos los movimientos que lo requieran cumplan de manera efectiva con la normativa sanitaria.
Un mecanismo más estricto según el tipo de establecimiento
La novedad principal radica en que la obligación de presentar el CSM estará ahora vinculada al tipo de explotación registrado en el Renspa del establecimiento de destino. Esto significa que el sistema solicitará el certificado únicamente cuando el movimiento se dirija hacia un tambo, establecimiento de cría, ciclo completo, cabaña o centro de genética.
De esta manera, el SENASA busca asegurar que los establecimientos con mayor riesgo sanitario o reproductivo reciban animales con su situación sanitaria debidamente certificada. En paralelo, quedarán exceptuadas aquellas unidades productivas cuyo estatus de “libre de brucelosis bovina” se encuentre vigente, lo que evita cargas administrativas innecesarias para los establecimientos ya certificados.
Procedimiento veterinario y carga de resultados
Para tramitar el certificado, se deberá realizar una toma de muestra serológica a través de un veterinario acreditado en brucelosis bovina. Las muestras serán remitidas a un laboratorio privado integrante de la red oficial, donde se efectuará el diagnóstico correspondiente.
Una vez obtenido el resultado, los datos podrán ser cargados en el SIGSA por autogestión, lo que agiliza el proceso y permite que el sistema habilite la emisión del CSM de forma automática si los análisis se encuentran previamente registrados.
Plazos y validez del Certificado de Seronegatividad
El Certificado de Seronegatividad tendrá una validez de 60 días desde la fecha de toma de muestra, tal como establece la normativa vigente. Este plazo permite mantener un equilibrio entre la necesidad de contar con información sanitaria actualizada sobre la brucelosis bovina y la operatividad del movimiento de animales en la actividad ganadera.
La digitalización completa del proceso contribuirá a reducir tiempos administrativos, minimizar errores y garantizar que los establecimientos dispongan de la documentación sanitaria necesaria sin demoras operativas.
Un paso más en el control y la prevención
Con esta actualización, el SENASA refuerza su estrategia para prevenir la propagación de la brucelosis bovina, una enfermedad que afecta la productividad y la sanidad de los rodeos. El nuevo mecanismo también busca mejorar la trazabilidad sanitaria y facilitar la toma de decisiones en los programas de control y erradicación.
Desde el organismo destacaron que la medida forma parte de un proceso continuo para modernizar los sistemas informáticos, mejorar la vigilancia epidemiológica y acompañar a los productores en el cumplimiento de los planes sanitarios obligatorios, para proteger la sanidad animal y también la rentabilidad de los ganaderos.
