Brasil anticipa una fuerte caída en la producción de carne vacuna en 2026
La Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB) proyecta para 2026 un escenario desafiante para la ganadería bovina de Brasil. Según su último informe, la producción de carne vacuna caería 4,3% interanual, alcanzando alrededor de 10,89 millones de toneladas equivalente canal, una cifra inferior a la registrada en los últimos años. El ajuste responde a un factor clave del ciclo ganadero: la retención de hembras, una estrategia adoptada por los productores para recomponer el rodeo tras un período de faena elevada.
Esta retención, indispensable para recuperar la base productiva, tiene un efecto directo en la oferta: menos hembras enviadas a faena significan menos carne disponible, tanto para consumo interno como para exportación. El informe señala que Brasil se encuentra en una transición típica del ciclo: luego de años de gran liquidación, el sector se reencamina hacia una fase de recuperación que, en el corto plazo, recorta la disponibilidad de ganado terminado.
Producción total de carnes: un crecimiento sostenido gracias a pollo y cerdo
Pese a la caída proyectada en bovinos, Brasil mantendría en 2026 una trayectoria ascendente en el total de producción de proteínas animales. La expansión de los sectores avícola y porcino permite compensar la baja en ganado vacuno. Según CONAB, la carne de pollo alcanzaría un récord histórico de 15,9 millones de toneladas, mientras que la carne porcina treparía a 5,8 millones de toneladas.
Sumadas las tres proteínas —bovina, porcina y aviar—, la producción total de carnes podría llegar a 32,3 millones de toneladas, un nuevo máximo para el país. Esta diversificación consolida a Brasil como potencia exportadora de proteínas, capaz de sostener la oferta mundial incluso ante fluctuaciones internas de cada sector.

Exportaciones de carne vacuna: récord pese al recorte productivo
Una de las paradojas más llamativas del informe de CONAB es que, aun con la caída en la producción de carne vacuna, las exportaciones brasileñas podrían alcanzar un récord histórico en 2026. Proyecciones de analistas del sector estiman que Brasil exportaría cerca de 4,3 millones de toneladas peso res, un volumen inédito.
Este fenómeno se explica por una estrategia que combina prioridad al mercado externo y alta demanda internacional, especialmente de China, el principal comprador de carne brasileña. La industria exportadora parece decidida a proteger sus compromisos comerciales y aprovechar precios firmes en el mercado global, aun cuando ello implique un menor abastecimiento interno.
Tensiones para el mercado interno y riesgos de precios
El reacomodamiento del ciclo ganadero trae consigo tensiones que podrían profundizarse en 2026. La retención de hembras, aunque necesaria para recomponer stocks, sacrifica capacidad de faena en el corto plazo, reduciendo la carne disponible dentro del país.

Si esta menor oferta se combina con exportaciones en alza, Brasil podría enfrentar presiones sobre los precios internos, una situación que ya se ha observado en otros momentos del ciclo. El desafío para el gobierno y las cadenas productivas será equilibrar la competitividad exportadora con el abastecimiento local, evitando que la reducción de oferta impacte negativamente en el consumo.
Un ciclo que obliga a repensar estrategias
Las proyecciones de CONAB permiten vislumbrar un año atravesado por una doble dinámica: por un lado, caída en la producción bovina por motivos estructurales; por otro, expansión sólida en pollo y cerdo, que refuerzan el rol de Brasil como proveedor global de proteínas.
El ajuste en bovinos, lejos de ser un síntoma negativo, refleja una transición típica del ciclo ganadero, en la cual los productores priorizan la reconstrucción del rodeo. Sin embargo, el éxito de esta estrategia dependerá de su capacidad para administrar la tensión entre recomposición interna y demanda externa, especialmente en un contexto de precios fuertes y mercados internacionales dinámicos.

Transición clave para el protagonismo global de Brasil
De confirmarse las estimaciones, 2026 será un año decisivo para el modelo ganadero brasileño. Con una oferta bovina más acotada, exportaciones históricas y un crecimiento acelerado de la producción de pollo y cerdo, el país enfrentará el desafío de mantener su liderazgo global mientras transita una de las fases más sensibles del ciclo productivo.
El informe de CONAB deja claro que el camino hacia un rodeo más sólido está en marcha, pero también que la transición exigirá políticas y estrategias de equilibrio para que la ganadería —y el complejo cárnico en su conjunto— continúe siendo una de las columnas vertebrales del agronegocio brasileño.
