Ruralistas patagónicos reclaman reactivación de la barrera sanitaria

La presidenta del Senasa, María Beatriz “Pilu” Giraudo, mantuvo su primer encuentro de trabajo con dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), con representantes de todas las confederaciones del país, donde se abordaron los principales desafíos sanitarios y productivos del agro argentino, aunque uno de los reclamos más fuertes surgió desde el bloque patagónico, que insiste en que la barrera sanitaria del Río Colorado vuelva a activarse.
Para los productores de la región, esta medida es clave, ya que la eliminación de la barrera sanitaria ha generado serias dificultades comerciales. Chile suspendió la compra de carne argentina proveniente de la zona patagónica, que hasta ahora contaba con el estatus especial de ser libre de fiebre aftosa sin vacunación. La preocupación de los ruralistas refleja la tensión entre decisiones regulatorias y la necesidad de mantener mercados internacionales abiertos.
Temas sanitarios y productivos en debate
Durante la reunión, se trataron diversos problemas que afectan a distintas regiones del país. Entre ellos, se destacaron la garrapata en Entre Ríos, las plagas frutales en Cuyo y el manejo de la fiebre aftosa a nivel nacional, que recientemente sufrió cambios en el esquema de vacunación.
Sin embargo, la voz del bloque patagónico puso el foco en la situación generada por el levantamiento de la barrera sanitaria. Lucila Apolinaire, presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, explicó a Infocampo que uno de los aspectos positivos de la reunión fue poder plantear directamente a Giraudo los problemas que esta medida genera a los productores locales.

Tierra del Fuego, la región más afectada
Tierra del Fuego fue la primera en sentir el impacto del cambio en la barrera sanitaria, ya que no posee un paso terrestre hacia el resto del país. Por ello, el traslado de hacienda debe realizarse por Chile, donde surgieron los problemas iniciales: el Gobierno trasandino se negó a permitir el paso de animales que dejaron de gozar del estatus de libre sin vacunación, a pesar de que Argentina no registra un caso de aftosa desde hace 20 años.
En este contexto, Apolinaire reiteró el pedido de su bloque: “Solicitamos la derogación de la Resolución 460. Ante la negativa, sugerimos su suspensión por dos años, hasta que se implemente un plan de vacunación que permita recuperar el estatus de libre sin vacunación en todo el país”.
El nuevo esquema de vacunación antiaftosa del Senasa, que comenzará en 2026, prevé inocular una vez al año a vaquillonas, novillitos y novillos, lo que los productores consideran un paso inicial hacia la eliminación progresiva de la vacunación, siguiendo el ejemplo de Paraguay o Brasil.

Auditorías internacionales y reclamos judiciales
Mientras tanto, la situación comercial sigue siendo un punto conflictivo. Los productores esperan los resultados de auditorías de Chile, la Unión Europea y Estados Unidos para determinar el impacto del levantamiento de la barrera sanitaria sobre el comercio internacional. Según Apolinaire, los ruralistas cuestionan que el Senasa asegurara haber consultado con los compradores antes de modificar la barrera sanitaria, cuando la realidad indica que Chile suspendió las importaciones.
A su vez, la Asociación Rural de Tierra del Fuego abrió un frente judicial: a principios de septiembre, una jueza federal aceptó un recurso de amparo presentado por la entidad, poniendo en stand by la flexibilización de la barrera sanitaria. “Las asociaciones de productores seguimos adelante con nuestros reclamos judiciales, esperando el devenir de la Justicia”, concluyó Apolinaire.

La barrera sanitaria como eje de futuro
La reunión con Giraudo dejó en claro que la barrera sanitaria no es solo un tema protocolar: se trata de un instrumento estratégico para mantener mercados y proteger la sanidad animal. Para los ruralistas patagónicos, su reactivación es clave para garantizar la competitividad de la carne argentina y preservar el estatus sanitario que hasta hace poco diferenciaba a la región.
Mientras tanto, el sector agropecuario espera definiciones claras sobre el plan de vacunación y las decisiones de Senasa, con la esperanza de recuperar la tranquilidad en el comercio internacional y proteger a los productores locales de futuras pérdidas económicas.