Barrera sanitaria: el Gobierno extiende por 60 días la medida

El futuro de la histórica barrera sanitaria del Río Colorado sigue generando controversias y postergaciones. Este martes, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) resolvió extender por 60 días más el plazo para aplicar la medida que permitiría el ingreso de carne proveniente de zonas libres de fiebre aftosa con vacunación hacia la región patagónica, que posee un estatus sanitario superior: libre sin vacunación.
Cómo sigue el conflicto por la barrera sanitaria
La decisión por la barrera sanitaria, oficializada a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial, prolonga un debate que mantiene enfrentadas a las autoridades nacionales con los gobiernos provinciales de la Patagonia, productores ganaderos y entidades representativas del sector agropecuario del sur argentino.
El origen de la controversia se remonta al 17 de marzo pasado, cuando el Senasa publicó una resolución que eliminaba la barrera sanitaria impuesta sobre el Río Colorado. Este límite sanitario impedía que productos cárnicos provenientes del norte —donde la fiebre aftosa se controla con vacunación— ingresaran a la Patagonia, que goza del reconocimiento como zona libre de la enfermedad sin necesidad de inoculación.
La eliminación de esta restricción por la barrera sanitaria desató una fuerte reacción de las provincias patagónicas. Argumentaron que la medida ponía en riesgo no solo un logro sanitario alcanzado tras décadas de esfuerzo, sino también importantes mercados internacionales que exigen ese estatus sanitario, como la Unión Europea y Japón.

Frente a la presión política y social, el Gobierno nacional decidió en abril postergar por 90 días la entrada en vigencia de la medida y conformar una Mesa de Diálogo. Allí se convocó a los gobernadores de las provincias involucradas —Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, además de Buenos Aires— y a representantes del sector privado con el objetivo de acercar posiciones.
Sin embargo, pasados esos tres meses iniciales, los avances fueron escasos y las diferencias persisten. Por eso, el Ejecutivo resolvió ahora una nueva prórroga, que deja en suspenso la modificación del esquema sanitario al menos hasta fines de agosto.
“Esta medida generó diversas consultas y pedidos por parte de las provincias que integran la Región Patagónica”, reconoció el Gobierno en los considerandos de la resolución. Y justificó la prórroga señalando que “continúan los trabajos iniciados en el marco dispuesto por la mentada resolución”, en alusión a las discusiones dentro de la mesa de trabajo creada para abordar el tema.
Las entidades patagónicas insisten en que el levantamiento de la barrera sanitaria implicaría un retroceso. A su entender, lo lógico sería avanzar hacia la declaración del resto del país como libre de aftosa sin vacunación, para unificar el estatus sanitario sin resignar mercados estratégicos. “No se puede poner en riesgo lo que se ha logrado durante años con políticas sostenidas, esfuerzos técnicos y controles estrictos”, señalaron voceros del sector ganadero del sur.

El temor no es solo comercial por la barrera sanitaria. En la Patagonia se encuentra la mayor parte del stock ovino del país, y tanto las ovejas como los corderos son susceptibles al contagio de fiebre aftosa. De concretarse el ingreso de carnes desde zonas con vacunación, los productores sostienen que aumentaría el riesgo sanitario para toda la región.
Por ahora, la resolución del Senasa actúa como un compás de espera. No define el destino final de la barrera, pero tampoco resuelve el conflicto de fondo. Con este nuevo plazo de 60 días, el Gobierno busca ganar tiempo para encontrar una salida negociada a un tema que combina intereses sanitarios, económicos y políticos, en un contexto donde cada decisión puede tener impacto directo sobre exportaciones clave para el país y sobre el prestigio sanitario de la Patagonia argentina.