Alerta meteorológica de clima en la zona núcleo: fuertes tormentas y lluvias intensas

El clima vuelve a ser motivo de preocupación en el sector agropecuario. Luego de varias semanas de cierta estabilidad, un nuevo sistema de tormentas amenaza con impactar en amplias zonas de la región pampeana, en un contexto de alta vulnerabilidad por los excesos hídricos acumulados. Según la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), “la probabilidad de lluvias localmente intensas para el martes 15 es alta”, especialmente en regiones que aún presentan suelos saturados.
Alerta por clima tormentoso en la zona núcleo
En su informe semanal, la ORA alertó que las precipitaciones previstas podrían afectar seriamente áreas del centro y norte de la provincia de Buenos Aires, el este y norte de La Pampa, el sur de Córdoba y el centro de San Luis. Se trata de territorios que ya vienen con una importante carga de agua en el perfil del suelo debido a lluvias previas, algunas incluso de carácter extremo, que dejaron lotes anegados y caminos rurales en condiciones críticas.

La advertencia se basa en la alerta amarilla por tormentas emitida por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que señala la formación de tormentas de variada intensidad desde el lunes, con intensificación prevista para el martes debido al ingreso de un frente frío proveniente del Pacífico. Además, se anticipan vientos intensos sobre el centro-oeste del país, lo que podría agravar la situación.
“La humedad acumulada en los últimos días, que incluso generó nieblas persistentes en varias localidades bonaerenses, junto con temperaturas más altas de lo normal, crea un ambiente ideal para la inestabilidad”, explicaron desde la ORA. En este contexto, el ingreso del frente frío se presenta como el detonante para que se desarrollen lluvias y tormentas de intensidad considerable.
El paso del frente está previsto para el martes y miércoles, con desplazamiento desde el sudoeste hacia el noreste de la provincia de Buenos Aires. Si bien estas lluvias pueden ser beneficiosas para consolidar las reservas de humedad de cara a la campaña fina, también generan temor por el riesgo de excesos hídricos que podrían ser difíciles de revertir durante los meses de invierno.

En ese sentido, los especialistas aclaran que los modelos meteorológicos no coinciden del todo respecto a la ubicación exacta de los mayores acumulados de lluvia. Por ejemplo, el modelo europeo ECMWF proyecta núcleos de precipitación superiores a 50 milímetros sobre el norte bonaerense, mientras que otros modelos sitúan los máximos en zonas más al sur o en pleno corazón de la zona núcleo.
Más allá de esas diferencias, existe un alto consenso en que lloverá en gran parte del centro del país, y en volúmenes que podrían comprometer la infraestructura y los cultivos en áreas con escasa capacidad de drenaje. En particular, zonas como los partidos de 9 de Julio, Carlos Casares y buena parte de la Cuenca del Salado siguen padeciendo los efectos de lluvias anteriores: caminos rurales destrozados, lotes con baja infiltración y napas freáticas elevadas.
Esta situación pone en alerta a productores que, si bien recibieron buenas recargas en los perfiles para iniciar la campaña fina con buenas expectativas, temen ahora por nuevos eventos que compliquen la evolución de los cultivos o incluso las labores a campo. Además, en poco más de un mes está previsto el inicio de las siembras tempranas de maíz, lo que suma presión al calendario productivo.

En conclusión, aunque las precipitaciones pueden resultar beneficiosas en términos agronómicos, su intensidad y localización serán claves para definir si el impacto es positivo o negativo. El campo argentino, como siempre, deberá estar atento y preparado para enfrentar una nueva prueba climática en plena transición entre campañas.