La encantadora de caballos: la increíble historia de Ailín Wegrzyn


En una mañana tibia de otoño, entre relinchos de caballos y cantos de pájaros, Ailín Wegrzyn asegura un bienestar y un sitio con la calidez de quien vive en sintonía con la naturaleza. Rodeada por su familia —su madre, su marido veterinario, tres perros y una tropilla de caballos—, esta adiestradora autodidacta ha hecho de su vínculo con los equinos una forma de vida y arte. Su especialidad: el horsemanship o adiestramiento en libertad, donde demuestra que el caballo puede elegir quedarse, simplemente porque confía.

Una vida junto a los caballos

Ailín nació en Bariloche, pero su corazón creció al ritmo del campo familiar en Cholila, junto al lago y el bosque patagónico. Allí fue donde recibió su primer caballo, regalo de su abuelo, y donde su infancia se forjó entre galopeadas, dibujos de equinos y sueños de libertad. “Mi habitación estaba empapelada de fotos de caballos. Eran toda mi vida”, recuerda en una entrevista con Bichos de Campo.

Si bien comenzó la carrera de Biología y luego Guía de Turismo, ninguna le encendía la pasión como lo hacían los caballos. “Sin darme cuenta, empecé a trabajar en un lodge de pesca en Cholila ofreciendo cabalgatas, y luego a amansar mis propios animales. Eso se transformó en mi vocación”, relata. Con el tiempo, se mudaron a Lobos, Buenos Aires, para estar más cerca de los escenarios donde podía compartir su arte con el público. “Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires”, dice entre risas.

Su enfoque de trabajo es poco común: Ailín entrena caballos sueltos, sin montura ni riendas, apelando únicamente al vínculo emocional. “Me gusta mostrar lo que se puede lograr con un caballo libre, que puede decidir irse o quedarse”, explica. Sus demostraciones —que incluyen también a sus perros “Tango” y “Nala”— han llegado a grandes eventos como la Rural de Palermo y el Abierto Argentino de Polo.

Ailín Wegrzyn, CABALLOS

Los caballos, afirma, son animales profundamente sensibles. “Nos leen emocionalmente, son nuestro espejo. Por eso se usan en terapias: si vos estás en calma, ellos también lo están. Si estás nervioso, te lo reflejan”. Para interpretar sus emociones, Ailín estudia cada gesto: las orejas erguidas, la cola, la postura. “Son muy gestuales. Hay que acercarse con suavidad y respeto”.

En su predio de Lobos, ofrece cursos de adiestramiento junto a su madre, donde cualquier persona puede aprender a comunicarse mejor con su caballo. “Viene gente que monta hace años, pero no logra conectar. Les damos herramientas para lograr un vínculo más profundo”, asegura a Bichos de Campo.

Sobre sus caballos favoritos, Ailín menciona a “Safiya”, su yegua madrina, “con la que tengo una conexión increíble”; a “Piuké”, una yegua desafiante que soñó antes de su nacimiento; y a “Catriel”, un potrillo rechazado por su madre que criaron como a un bebé, incluso con mamadera en el living durante cuatro meses.

Además de los caballos, sus fieles perros ocupan un lugar especial. “Tango”, un cruce de pastor belga y border collie, abre portones, trae caballos y hasta la leña. “Nala” fue rescatada de una zanja y acompaña en todos los shows. “Son parte de la familia. Duermen adentro, los tenemos como hijos”.

Ailín Wegrzyn, CABALLOS

Ailín también comparte su historia en el libro Alma equina, escrito por su padre, donde recorre la vida junto a los caballos que marcaron su camino. Y aunque no se dedica al canto profesional, confiesa que cantar es su cable a tierra. Su plato preferido: la pizza. Su serie favorita: Yellowstone, por la belleza de los caballos cuarto de milla.

Si pudiera subirse a un “Delorean”, volvería a ver a su abuela para mostrarle todo lo que ha construido. Y si pudiera hablarle a la Ailín de 15 años, le diría: “No te frustres, seguí tu instinto, tené paciencia. Todo se va a ir dando”.

Entre pastizales, ladridos y relinchos, Ailín Wegrzyn es una encantadora moderna que, con respeto y sensibilidad, demuestra que los lazos entre humanos y animales pueden alcanzar una profundidad que emociona y trasciende.

Con información de Bichos de Campo