Agricultura: la alfalfa mejora hasta un 30% con fósforo y azufre


Una investigación sobre la alfalfa desarrollada por el INTA Anguil (La Pampa) confirmó que la fertilización estratégica con fósforo y azufre en suelos de baja disponibilidad puede aumentar entre un 12% y un 33% la producción de forraje base alfalfa, alcanzando picos de hasta 30% en ambientes de menor fertilidad. El trabajo técnico aporta evidencia sobre el impacto que tiene una nutrición equilibrada en cultivos forrajeros perennes en zonas con restricciones hídricas, y plantea desafíos para el manejo sustentable de nutrientes en sistemas de producción intensiva.

“La alfalfa tiene altos requerimientos nutricionales, y es clave manejar la fertilización para lograr buenas producciones de forraje, sobre todo en ambientes con restricciones hídricas”, explicó Romina Fernández, una de las investigadoras del estudio. El trabajo evaluó el efecto de distintas dosis de fósforo (9, 18 y 36 kg/ha/año) aplicadas con y sin azufre, en suelos franco y franco-arenosos con bajos niveles de fósforo.

Más forraje y mejor eficiencia hídrica

Los resultados fueron contundentes: la incorporación de azufre mejoró significativamente la respuesta del cultivo, especialmente en las dosis más bajas de fósforo. En estos casos, los incrementos de producción de forraje oscilaron entre el 12% y el 33%. La clave estaría en un uso más eficiente de los nutrientes por parte de la planta, en particular en su capacidad de nodulación y fijación biológica del nitrógeno, lo que a su vez fortalece el crecimiento vegetativo.

San Juan, alfalfa

El técnico Alberto Quiroga destacó además un hallazgo importante: “La eficiencia en el uso del agua también mejoró con la fertilización azufrada, sobre todo en dosis medias y bajas de fósforo”. Esta eficiencia, expresada como la cantidad de materia seca producida por cada milímetro de agua, mostró variaciones estacionales importantes, con valores que fueron desde 10 hasta 41 kg de MS/ha/mm, según la época del año y el tratamiento aplicado.

Este dato cobra especial relevancia en el contexto del centro-oeste pampeano, donde la variabilidad climática y las precipitaciones acotadas limitan el rendimiento de los cultivos. La posibilidad de mejorar la conversión de agua en biomasa forrajera representa una ventaja competitiva estratégica para los productores.

Alta exportación de nutrientes

Otro aspecto destacado del estudio fue el análisis del balance de nutrientes. En los tres años que duró el ensayo, el sistema exportó cantidades significativas de nutrientes a través del corte mecánico. Según los registros, se removieron entre 50 y 119 kg/ha de fósforo, y entre 36 y 105 kg/ha de azufre, dependiendo de la estrategia de fertilización y los rendimientos obtenidos.

En cuanto a los cationes mayores —calcio, magnesio y potasio—, las extracciones fueron aún más impactantes: entre 700 y 1800 kg/ha en el trienio. Este nivel de exportación plantea un desafío a largo plazo: si no se diseñan estrategias de reposición acordes, se compromete la sustentabilidad del sistema productivo, debido al agotamiento progresivo del banco de nutrientes del suelo.

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Clave de la alfalfa para regiones semiáridas

Los investigadores concluyeron que el uso combinado de fósforo y azufre no solo mejora la producción de forraje y la eficiencia del agua de la alfalfa, sino que también revela el costo nutricional del sistema en términos de exportaciones. Por eso, insisten en la necesidad de pensar el manejo nutricional desde una lógica integral, que contemple tanto la mejora en la productividad como la reposición.

“Estos resultados tienen una alta aplicabilidad para regiones semiáridas, donde cada milímetro de agua y cada kilogramo de nutriente disponible hacen la diferencia”, señalaron desde el INTA. También abren el juego a futuros estudios orientados a evaluar fertilizaciones multinutrientes o programadas por corte, además del uso de tecnologías que permitan un diagnóstico más preciso de la disponibilidad de azufre en el suelo.

San Juan, alfalfa

En un contexto donde la eficiencia en el uso de recursos es clave para sostener márgenes positivos y cuidar la salud del suelo, el manejo racional de la fertilización en alfalfa vuelve a estar en el centro de la escena.