Agricultura: la campaña 2025/26 con márgenes ajustados y la rotación como eje

La campaña de agricultura 2025/26 en la zona núcleo de Argentina llega con un nuevo escenario: márgenes cada vez más estrechos que obligan a los productores a repensar sus esquemas productivos. En este contexto, la sostenibilidad económica ya no puede ir por caminos separados de la planificación agronómica. La clave: la rotación de cultivos, particularmente el trigo en combinación con la soja de segunda, y el creciente protagonismo del maíz temprano como alternativa rentable.
La agricultura con márgenes ajustados en esta campaña
Según el último informe de márgenes de agricultura de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), actualizado al 28 de mayo, el trigo presenta una ecuación económica desafiante. En campo propio, el resultado neto se ubica en 90 dólares por hectárea, pero en campo alquilado la rentabilidad desaparece y se convierte en pérdida: -61 dólares por hectárea, considerando un rendimiento promedio de 40 quintales por hectárea.
Este panorama de la agricultura contrasta con el que se observaba hace exactamente un año, cuando el precio del trigo medido en dólares era un 23% superior al actual. Ese diferencial de precios generaba un mayor entusiasmo por la siembra del cereal, pero hoy la realidad cambió: los costos, la baja cotización y la necesidad de mantener la rotación obligan a mirar el trigo dentro de esquemas combinados.

Y en esos esquemas de agricultura aparece la soja de segunda como complemento fundamental. Cuando el trigo se proyecta dentro de una rotación que incluye una soja de segunda con un rendimiento de 35 qq/ha, el margen mejora sensiblemente. En campo propio, la combinación trigo/soja 2da deja un resultado neto de 397 dólares por hectárea. En campo alquilado, el margen es mucho más modesto, pero al menos se mantiene en terreno positivo: 37 dólares por hectárea.
Ante las limitaciones económicas que plantea el trigo en solitario, el maíz temprano gana protagonismo como alternativa viable y rentable. Con rindes estimados de 100 qq/ha, los márgenes proyectados alcanzan los 434 dólares por hectárea en campo propio y 89 dólares por hectárea en campo alquilado. Para muchos productores, se convierte en una herramienta estratégica para mantener la presencia de gramíneas en los lotes, clave para cuidar la estructura del suelo y el balance de nutrientes.
Desde Colón, en el norte bonaerense, asesores técnicos de agricultura confirman esta tendencia: “Si no podemos sembrar trigo, vamos a hacer maíz temprano para sostener la rotación de gramíneas”. Este tipo de decisiones muestra cómo los criterios agronómicos, lejos de ser secundarios, se vuelven determinantes en un contexto de números ajustados.

La soja, tanto de primera como de segunda, también muestra márgenes cada vez más acotados en esta campaña de agricultura. En campo propio, la soja de primera proyecta un resultado neto de 318 dólares por hectárea, y la soja de segunda, 282 dólares. Pero en campo alquilado, la rentabilidad prácticamente desaparece: apenas 9 dólares por hectárea en soja de primera y una pérdida de -5 dólares por hectárea en soja de segunda. En este sentido, las decisiones de arrendamiento también jugarán un rol clave a la hora de definir la estrategia de siembra.
Con este panorama, la campaña 2025/26 se perfila como un ciclo complejo, donde cada elección será relevante. Los productores deberán sopesar no solo los márgenes económicos de cada cultivo, sino también su lugar en la rotación y su impacto sobre la sustentabilidad del sistema a mediano y largo plazo. La planificación será vital, y en ese plan, la rotación de cultivos será mucho más que una práctica recomendada: será una verdadera brújula para la toma de decisiones.

La rentabilidad puede estar comprometida, pero quienes logren equilibrar números y agronomía, tendrán más herramientas para transitar un año agrícola que se presenta desafiante, pero no exento de oportunidades.