Agricultura 2025: Argentina y Brasil bajo la lupa del USDA en el último informe

El informe mensual de agricultura sobre oferta y demanda del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), publicado en agosto de 2025, dejó números que repercuten de lleno en el Cono Sur y en México, tres de los actores más relevantes del mercado agrícola global. Entre recortes y ajustes en soja, maíz y trigo, las proyecciones internacionales comienzan a marcar el pulso de las campañas sudamericanas, justo en el momento en que los productores planifican la próxima siembra.
La mirada regional revela un escenario mixto: mientras Brasil consolida su liderazgo global, Argentina muestra señales de recuperación en soja pero enfrenta desafíos en trigo, y México refuerza su dependencia del maíz estadounidense.
Argentina: recuperación en soja, firmeza en maíz y ajuste en trigo
El USDA elevó la producción argentina de soja 2024/25 en 1 millón de toneladas, alcanzando los 50,9 millones. El dato confirma una recuperación significativa luego de la fuerte sequía que afectó a la campaña previa y le devuelve al país una participación más competitiva en el comercio internacional de oleaginosas.

En el caso del maíz, el organismo estadounidense mantuvo la proyección en 50 millones de toneladas, con la cosecha prácticamente finalizada y apenas un 5% del área aún por levantar. Este volumen ubica a la Argentina en el podio mundial de exportadores, aunque la fuerte oferta estadounidense y brasileña podría presionar los precios en el corto plazo.
El trigo, en cambio, fue la nota negativa: el USDA ajustó la producción 2025/26 a la baja en 300.000 toneladas, lo que deja la proyección en 19,7 millones. Este recorte coincide con un arranque de campaña marcado por cierta irregularidad climática y por la necesidad de mejorar los márgenes frente a un mercado internacional estable.

Brasil: el gigante que no se detiene
Brasil volvió a recibir una confirmación de su protagonismo global. La Conab proyecta para la soja 2024/25 una producción de 169,6 millones de toneladas, con exportaciones que alcanzarían un récord de 106,3 millones. Con estos números, el país sudamericano no solo sostiene su liderazgo mundial, sino que amplía la brecha con Estados Unidos, donde la producción fue recortada.
En maíz, el USDA elevó la estimación de la cosecha brasileña a 137 millones de toneladas, con exportaciones por 40 millones. La safrinha —segunda cosecha clave en el esquema productivo— avanza sobre el 89,3% del área, aunque con una demora respecto al año pasado. Pese a ello, Brasil sigue consolidándose como un actor determinante para el abastecimiento global.
En trigo, las proyecciones se mantienen relativamente estables, con una producción cercana a los 10 millones de toneladas, suficiente para cubrir el consumo interno y sostener un nivel acotado de exportaciones.

México: un comprador cada vez más dependiente
Si bien México no compite en volumen de producción con Argentina o Brasil, su rol como comprador es estratégico. El USDA elevó las importaciones mexicanas de maíz a 25,8 millones de toneladas, lo que refleja una dependencia creciente del abastecimiento estadounidense. Este flujo comercial refuerza la relación bilateral y asegura un mercado firme para los productores del norte, aunque también expone a México a la volatilidad de precios internacionales.
El incremento en la demanda mexicana llega en un contexto de oferta abundante desde Estados Unidos, lo que permite pensar en precios competitivos en el corto plazo. Sin embargo, una eventual corrección climática o logística podría volver a encarecer los costos para la industria alimentaria mexicana, fuertemente dependiente del cereal.

Un tablero regional en redefinición
El nuevo informe del USDA confirma que el Cono Sur seguirá siendo clave en el abastecimiento global de granos. Argentina muestra señales de recuperación tras un año complejo, Brasil continúa consolidando su supremacía en soja y maíz, y México profundiza su dependencia como comprador estructural de maíz estadounidense.
Para los productores argentinos, el desafío pasa por aprovechar la mejora en soja y consolidar la posición en maíz, en un mercado con fuerte competencia externa. Para Brasil, el reto será sostener volúmenes récord en un contexto climático que siempre impone riesgos. Y para México, el objetivo radica en gestionar de manera eficiente su dependencia de importaciones, garantizando seguridad alimentaria en un escenario global cada vez más cambiante.
Con la campaña sudamericana a punto de comenzar, las decisiones de siembra y comercialización se verán atravesadas por este informe del USDA, que actúa como brújula para los mercados internacionales. El tablero regional, lejos de estabilizarse, sigue en movimiento y plantea nuevos desafíos para productores, gobiernos y exportadores.