Agroexportadores argentinos buscan diversificar mercados para el aceite de soja

Más del 60% del aceite de soja argentino se concentra en India y Bangladesh, y las grandes empresas del sector advierten sobre los riesgos de depender de solo dos destinos. La alerta surgió durante el último Seminario Acsoja, realizado en la Bolsa de Comercio de Rosario, donde empresarios y especialistas del agro debatieron sobre la cadena de la soja y la necesidad de abrir nuevos mercados, así como de mejorar el uso del producto dentro del país.
El clima del seminario, que comenzó con un tono armonioso y celebratorio tras la noticia de la eliminación total de retenciones a la exportación de granos, se volvió más complejo 72 horas después, cuando algunas compañías fueron cuestionadas por productores y gremiales. Sin embargo, más allá de tensiones puntuales, el encuentro sirvió para abordar cuestiones estratégicas de la cadena del aceite de soja, como la diversificación de destinos, la inserción en el mercado interno y las exigencias europeas en materia de deforestación.
“Yo creo importante el poder engancharnos a Brasil, ellos tienen un corte del 15% y está aumentando 1% por año. Deberíamos ir a una tendencia parecida”, sostuvo Alfonso Romero, CEO de Cofco, al referirse a la necesidad de impulsar la producción de biocombustibles y ampliar la competitividad regional.

La concentración de mercados y la oportunidad del aceite de soja
Durante el panel de la Agroindustria, Federico Ucke resaltó que el 50% del aceite de soja argentino se destina a India, y sumando Bangladesh se alcanza el 60% en una sola región. Para Ucke, esta concentración genera vulnerabilidades: cualquier crisis, retraso de pagos o contratiempo podría afectar gravemente a toda la cadena, desde los exportadores hasta los productores primarios.
El empresario defendió la idea de abrir mercados para el aceite de soja hacia Europa y de aumentar el consumo interno. “El biodiésel que se exporta a Europa o se puede usar en Argentina para reemplazar importaciones de gasoil es diversificación: poner huevos en distintas canastas”, explicó, destacando la importancia de reducir la dependencia de unos pocos compradores.
El gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Molinos Agro coincidió en que la diversificación de destinos es clave para la estabilidad del sector. “Es importantísimo que podamos expandir nuestra presencia en distintos mercados para mitigar riesgos financieros y comerciales”, añadió.

El mercado interno y la oportunidad del biodiésel
Ucke también señaló que Argentina tiene capacidad instalada para producir 4 millones de toneladas de biodiésel, mientras que actualmente el país consume alrededor de un millón de toneladas y sigue importando 3 millones de gasoil. “Se podría reemplazar parte de esas importaciones con biodiésel producido localmente, pero la ley actual no permite la libre competencia de todas las industrias”, explicó.
El directivo subrayó que, si bien las inversiones están disponibles, se necesita una legislación que facilite el uso del biodiésel dentro del país y fomente la expansión del biocombustible como alternativa sostenible y económica.
Requerimientos ambientales y la Unión Europea
Otro eje del debate fue la regulación europea sobre deforestación. Ucke recordó que la normativa EURR 1115 del 2023 no aplica directamente a Argentina, sino a los importadores europeos, y que actualmente se baraja una postergación de un año para su aplicación.

“Esta postergación nos encuentra listos para poder operar, lo que nos da ventaja frente a competidores como Brasil y Paraguay,” explicó. Aun así, enfatizó que la normativa genera presión sobre la cadena de suministro y obliga a mantener estándares de producción sostenibles, sin que esto implique una desventaja competitiva inmediata.
Desafíos y perspectivas
El seminario dejó en claro que la cadena de la soja argentina enfrenta desafíos estratégicos y regulatorios. La concentración de exportaciones en pocos países, las oportunidades de diversificación de mercados y la incorporación del aceite de soja en el consumo interno y en biocombustibles son puntos centrales para el crecimiento del sector.
Al mismo tiempo, la regulación ambiental y la relación con la Unión Europea serán factores a monitorear, ya que podrían definir la competitividad internacional del aceite de soja y biodiésel argentino en los próximos años.