9 de Julio: polémica por la tasa vial en medio de las inundaciones
El debate por la tasa vial volvió a encender tensiones en el partido bonaerense de 9 de Julio. En medio de un escenario marcado por campos inundados, caminos rurales en mal estado y serias dificultades operativas, el municipio impulsa un incremento del 50% en la tasa destinada al mantenimiento vial. La propuesta generó un fuerte rechazo por parte de la Sociedad Rural de Nueve de Julio (SRNJ), que cuestiona tanto la oportunidad del aumento como el uso que se le da a los recursos recaudados.
Desde la entidad ruralista advierten que el problema no es únicamente el porcentaje de suba, sino la falta de correlato entre lo que se cobra y los servicios que efectivamente se prestan. En un contexto productivo complejo para 9 de Julio, sostienen que cualquier incremento debería estar acompañado de un plan concreto y transparente.
El uso de los fondos, en el centro del conflicto
Uno de los principales cuestionamientos de la SRNJ apunta al destino de la tasa vial. Según denuncian, una parte significativa de esos fondos se estaría utilizando para cubrir sueldos municipales, en lugar de aplicarse exclusivamente al mantenimiento y mejora de los caminos rurales, tal como indica su carácter de tasa afectada.
De acuerdo con la comisión directiva, se habla de una distribución en la que solo el 70% del recurso se destina a la red vial de 9 de Julio, mientras que el 30% restante se utiliza para gastos administrativos. Para la entidad, esta práctica desvirtúa el sentido de la tasa y traslada al sector productivo el peso de un problema estructural del municipio.
Una estructura municipal que consideran inviable
En ese marco, la Sociedad Rural de 9 de Julio plantea un cuestionamiento más profundo: la estructura de funcionamiento del municipio. A su entender, el esquema actual es insostenible sin una reforma significativa, especialmente en lo referido al personal.
Según expresan, el crecimiento progresivo del plantel municipal habría deteriorado el funcionamiento general, sin que se revisen áreas consideradas “intocables”. “Así no hay recursos que alcancen”, sostienen desde la entidad, que insiste en que el problema excede a la tasa vial y responde a una falta de ordenamiento estructural.
Diálogo previo y una tasa históricamente baja
Desde la SRNJ recuerdan que 9 de Julio cuenta con una de las tasas viales más bajas de la región, situación que —según remarcan— fue producto de años de diálogo, reuniones y gestiones con las autoridades locales. Ese antecedente, afirman, demuestra que el sector no se opone sistemáticamente a contribuir, sino que reclama previsibilidad y coherencia.
En un mensaje con tono autocrítico y alarmante, la entidad comparó la situación actual con “un barco que parece hundirse”, donde abundan los reclamos pero escasean las propuestas y el trabajo conjunto para cambiar el rumbo. Sin embargo, remarcan que el esfuerzo debe ser compartido y no recaer siempre sobre los mismos contribuyentes.
Sin fondos y con maquinaria obsoleta
Otro de los puntos centrales del reclamo es la falta de recursos provenientes de la provincia y la Nación. Desde la Rural aseguran que el municipio de 9 de Julio atraviesa una crisis financiera profunda, que limita su capacidad de respuesta ante las necesidades básicas de la población y del sector productivo.
En ese contexto, advierten que el parque de maquinaria vial está obsoleto, con equipos que ya no justifican nuevas reparaciones. Por eso, sostienen que cualquier aumento que supere la simple actualización inflacionaria debería destinarse de manera exclusiva a la compra de nuevas máquinas.
Planes truncos y reclamo de previsibilidad
La SRNJ señaló además que había solicitado formalmente un plan de trabajo y un plan de inversión en maquinaria, con el objetivo de dar previsibilidad y transparencia al uso de los fondos. Sin embargo, ambas iniciativas quedaron truncas por la delicada situación financiera del municipio.
Para la entidad, sin planificación ni garantías sobre el destino de los recursos, el aumento de la tasa vial en 9 de Julio resulta injustificado. En un escenario de emergencia hídrica y caminos intransitables, el reclamo apunta a una consigna clara: más que subir impuestos, ordenar prioridades y asegurar que cada peso recaudado vuelva en servicios concretos.
